El Cermi argumentó que las “reducidas dimensiones de los ascensores”, que impiden mantener las distancias entre usuarios; su uso permanente por personas muy diversas; y las características de las superficies de sus habitáculos “hacen de estos elementos verticales de movilidad espacios de mayor riesgo para potenciales contagios de coronavirus, por lo que la higienización debe ser un objetivo preferente”.

Esta organización señaló que para las personas con movilidad reducida el ascensor es “presupuesto ineludible para salir y entrar de su domicilio; acudir a su lugar y puesto de trabajo; para acceder a las estaciones de ferrocarril, metro o autocares y utilizar esos medios de transporte o para recibir servicios esenciales de salud o sociales en centros colectivos como hospitales, ambulatorios o recursos sociales”.

Por ello el Cermi plantea a las autoridades sanitarias y de industria que estudien “la posibilidad no solo de establecer normativa de desinfección asidua”, sino también que si el mercado y la tecnología ofrecen ese tipo de soluciones y estas son eficaces, “obliguen a instalar en los ascensores aparatos automáticos de desinfección, que operen recurrentemente higienizando esos espacios”.