“Un activo seguro común sería ideal, proporcionando una fuente neutral de financiación y enviando simultáneamente una fuerte señal de unidad y buena voluntad. El mundo está mirando. Si no es ahora, ¿cuándo?”, inquiere en un artículo publicado en la revista Eurofi.

Según explica, la crisis causada por la pandemia tiene poco que ver con la economía, sus fundamentos o la calidad de la gobernanza económica, pero sus efectos son notorios porque, además del gran estrés al que ha colocado a los sistemas de salud, impacta en la oferta y la demanda obligando a desplegar medidas para evitar el cierre de empresas y para apoyar los gastos de empresas y hogares.

En segundo lugar, alerta de que ha causado un “shock de confianza en los mercados financieros”, desatando las ventas, una búsqueda apresurada de liquidez y moviendo flujos de inversión hacia activos refugio o seguros. “Es probable que esta situación sea transitoria, pero la velocidad y la escala de nuestra respuesta a la crisis y nuestra capacidad como formuladores de políticas para trabajar juntos determinarán la fortaleza de la recuperación”, advierte.

A su juicio, el desafío conseja fortalecer la Unión Económica y Monetaria con un paquete integral de redes de seguridad comunes, herramientas sólidas de política conjunta y una coordinación reforzada y efectiva de políticas nacionales.

Entre ellas subraya la necesidad de acciones que ayuden a una efectiva materialización de la capacidad de “compartir riesgos presupuestarios dentro de la UEM y, en general, de la UE”. Según Hernández de Cos, las acciones fiscales conjuntas ante este choque común “no solo garantizarían la máxima eficiencia en nuestra respuesta, sino que también encarnarían los valores solidarios que sustentan el proyecto europeo”.

Asimismo, aboga por concluir la Unión Bancaria para contar con un “cortafuegos” frente a un potencial deterioro mayor de la crisis, reclamando que se dote de un mecanismo de resolución totalmente centralizado y se propine el impulso final a un fondo de depósitos común.

“Un sistema bancario estable también requiere una red de seguridad creíble para los depositantes, especialmente durante crisis de confianza”, explica y detalla que su puesta en marcha sería lo que “evita que los choques de liquidez como el actual se transformen en crisis bancarias y, finalmente, corridas bancarias”.