Casi un mes después del llamamiento de Guterres, se siguen librando conflictos violentos en zonas de Afganistán, Burkina Faso, Libia, Malí, Siria, Ucrania y Yemen, entre otros. “Hoy hay 250 millones de niños en todo el mundo que viven en zonas en conflicto. Cada uno de ellos necesita que las partes beligerantes presten atención al llamamiento”, insistió Unicef.

El secretario general de la ONU pidió el alto al fuego para poder hacer frente a la pandemia del Covid-19 en las zonas de conflicto, de forma que se pudieran reforzar los centros sanitarios y proteger a los más vulnerables para contener el virus.

Desde Unicef ampliaron las razones, ya que “un alto el fuego global protegería a los niños de ser asesinados, mutilados o forzados a abandonar sus hogares. Pararía los ataques a infraestructuras vitales como centros de salud o sistemas de agua y saneamiento. Abriría el espacio para que las poblaciones vulnerables puedan acceder a servicios esenciales”, sostuvo.

No obstante, la agencia de Naciones Unidas para la Infancia reconoció “algunos avances positivos” en conflictos de 11 países, que ya se han comprometido a cesar las hostilidades durante la pandemia.

Sin embargo, “es necesario hacer mucho más para lograr una diferencia significativa para los niños en el terreno”. Para Unicef, lo primero es que “todas las partes en conflicto deben lograr y respetar acuerdos de alto el fuego, punto”.

Además, “las autoridades y los grupos que controlan el territorio deberían facilitar el acceso abierto del personal humanitario para que podamos llegar a los niños y las familias con servicios esenciales, que incluyen alimentos, atención médica, protección, agua y saneamiento”.

Este acceso, señaló la organización de la ONU, también podría usarse para reparar o rehabilitar la infraestructura clave que puede haber sido afectada por los combates para que las poblaciones estén mejor protegidas de la propagación del coronavirus.

“En tercer lugar, las fuerzas y los grupos armados no deben obstaculizar la entrega de suministros de socorro ni impedir que las personas que lo necesitan obtengan servicios”, demandó, de manera que “todos los civiles bajo el control del gobierno o los grupos de oposición deben recibir la ayuda que necesitan para su supervivencia y bienestar”.