Sus cuentas registraron avances en todos los márgenes: el de intermediación subió un 6,4% pese al escenario de tipos bajos, el bruto un 3,9% y el de explotación un 6,7%.

La entidad indicó que la fortaleza de su negocio se refleja en un incremento de los activos fuera de balance del 11,2%, del 2% en los préstamos y del 2,5% en los depósitos de clientes bajo gestión. Su patrimonio neto aumentó a su vez un 7,7% y los activos totales un 5,8%.

Por tipo de actividad, su negocio de Banca Privada y Patrimonial contabilizó expansiones de doble dígito en volumen de negocio (+13,8%), clientes (+17,9%), recursos fuera de balance (+10,1%) y recursos bancarios (+13,6%).

En Banca de Empresas, su negocio crediticio con compañías aumentó un 8,2%, el volumen de negocio del área se incrementó un 8,6% y el número de clientes un 10,5%.

El banco cerró el ejercicio con el ratio de morosidad limitado al 1,82%, frente a un 4,80% al que ascendía la tasa media del sector, y con el ratio de solvencia en el 16,15%.