Así lo indica en su Observatorio del Medicamento correspondiente a febrero, en el que destaca que "la pandemia nos ha cogido desprotegidos y en franca situación de desventaja en medios imprescindibles de diagnóstico (test) y protección individual (EPI), lo que ha llevado al colapso a las unidades de vigilancia intensiva por falta de respiradores mecánicos".

En esta situación, indica que "las farmacias han tenido que buscar sus propios medios de protección", pese a que España ha optado por "una estrategia de contención dura, como Italia, aunque con resultados mucho más pobres que otras estrategias de éxito, como las de Corea o Japón".

El editor del Observatorio del Medicamento, Enrique Granda, indica en una carta que "una cuestión que ha quedado clara desde el primer momento es que las farmacias no han renunciado a su papel de agentes de salud pública, aún sin un reconocimiento expreso de las autoridades sanitarias".

En este sentido, apunta que, a fecha de editar el documento, nueve farmacéuticos murieron por coronavirus, 276 estaban ingresados o en cuarentena y 65 farmacias cerraron.

Granda subraya que la actividad de las farmacias continúa, pese a que no se ha previsto un abastecimiento de EPI y la mayor de ellas han tenido que poner en marcha sus propias medidas de protección "sin ayuda alguna de las Administraciones".

"Tras superar esta crisis sanitaria será el momento de plantearse dos cuestiones: la relación con las Administraciones Públicas y la estrategia de comunicación sobre la labor de los farmacéuticos", indica.

Desde el punto de vista económico, las ventas en febrero fueron superiores en las farmacias, aunque las previsiones de todas las consultoras son negativas para el sector farmacéutico, que se verá afectado por la disminución del consumo y el aumento del paro, de manera que las ventas podrían caer este año entre un 5% y un 10%.