Investigación
Descubren nuevos mecanismos moleculares que regulan las células centinela del sistema inmune
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Un grupo internacional formado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en colaboración con el Hospital Mount Sinai de Nueva York, en Estados Unidos halló un nuevo mecanismo molecular que determina la identidad y la expansión de las células que trabajan como centinelas de la salud.
El mecanismo descubierto, en concreto, afecta a los macrófagos residentes en las cavidades serosas, que son membranas que recubren y protegen algunos órganos. La información, que se publica hoy en la revista ‘Nature Communications’, podría tener “importantes repercusiones” para el tratamiento de algunas enfermedades que afectan a las cavidades serosas y a los órganos que contienen, como es el caso del cáncer o el infarto de miocardio, explica el CNIC en un comunicado.
“Los macrófagos son células del sistema inmune cuya función principal es actuar como centinelas del organismo defendiéndolo contra agentes patógenos. Además, están encargados de mantener la homeostasis, es decir, el equilibrio que permite mantener la estabilidad del organismo, mediante la eliminación de sustancias de desecho de los tejidos y la reparación tisular”, explica la jefa del Grupo de Señalización de los Receptores Nucleares del CNIC y co-coordinadora de la investigación, la doctora Mercedes Ricote.
Existen tres membranas serosas: el peritoneo, que tapiza la cavidad abdominal; la pleura, que rodea los pulmones, y el pericardio, en torno al corazón. Los estudios de los últimos años han revelado una gran “heterogeneidad” de macrófagos en los tejidos, explica la entidad.
“Una de las principales funciones de los macrófagos residentes en estas cavidades es mantener la homeostasis (autorregulación) mediante la eliminación de células muertas”, explica Mercedes Ricote. También son capaces de infiltrar órganos adyacentes que han sufrido un daño, “generando una respuesta reparativa rápida, efectiva e independiente del reclutamiento de precursores de macrófagos por vía vascular”.
En el estudio que ahora publica Nature Communications, el equipo de investigación, liderado por la doctora Ricote en el CNIC y la doctora Miriam Merad, del Hospital Mount Sinai, demostró que la expansión de los macrófagos peritoneales tras el nacimiento, así como su mantenimiento durante etapas de la vida adulta, son procesos controlados por un miembro de la familia de receptores nucleares, el receptor X de retinoides (RXR).
“RXR es una proteína que se encuentra en el interior de las células, donde detecta la presencia de lípidos y derivados de la vitamina A, lo que provoca la inducción de la expresión de genes específicos. Como consecuencia, RXR controla procesos del desarrollo, inmunidad, homeostasis y metabolismo”, asegura María Piedad Menéndez, una de la principales autoras e investigadora del CNIC.
Este grupo de investigadores demostró que RXR es “determinante” para que se establezca la población de macrófagos en las cavidades serosas de ratones recién nacidos mediante el control de su proliferación. Además, el trabajo revela la importancia de RXR para la supervivencia de estos macrófagos en ratones adultos. “La ausencia de RXR en los macrófagos de las cavidades serosas produce una acumulación masiva de lípidos que resulta tóxica para las células y provoca su muerte por un proceso denominado apoptosis”, afirma Menéndez.
Utilizando modelos de cáncer de ovario en ratón, la investigación muestra que los macrófagos peritoneales son capaces de infiltrar tumores de ovario y actuar como ‘macrófagos asociados a tumor’, “favoreciendo así el crecimiento tumoral”, explica la doctora Ricote.
Los hallazgos también evidencian que la pérdida de función de RXR causa una disminución en el número de macrófagos de la cavidad peritoneal y, por tanto, un menor aporte de dichos macrófagos a los tumores ováricos en crecimiento que tiene como consecuencia una disminución en la progresión de la enfermedad. “Así, los macrófagos de las cavidades serosas podrían ser nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento de algunos tipos de cáncer que afectan a órganos localizados en dichas cavidades”, asegura la investigadora del CNIC.
Las científicas destacan que su trabajo sugiere la posibilidad de modular la actividad de RXR mediante el uso de fármacos, alguno de ellos empleado en la actualidad para el tratamiento de linfomas cutáneos. “Nuestra investigación podría tener implicaciones terapéuticas en patologías en las que los macrófagos que residen en las cavidades serosas pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad, como el cáncer, o actuar reparando los tejidos afectados, como el infarto de miocardio”, concluyen.
(SERVIMEDIA)
03 Abr 2020
ARS/mjg