Salud
Sanidad llama a la “responsabilidad” para garantizar la “disponibilidad” de fármacos usados en paliativos y contra el Covid-19
- La Aemps publica “recomendaciones” para garantizar un “buen” manejo terapéutico de los pacientes terminales mediante un tratamiento combinado de opiáceos y benzodiacepinas/neurolépticos
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La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) llamó este martes a la “responsabilidad” para garantizar la “disponibilidad” de fármacos para tratar a pacientes en fase terminal que precisan sedación paliativa para el dolor y que también se utilizan para pacientes ingresados en UCI y sometidos a ventilación mecánica.
El incremento de su demanda está provocando “problemas de disponibilidad” en tratamiento combinado de opiáceos y benzodiacepinas/neurolépticos para pacientes terminales, según precisó a través de una nota informativa en la que agregó que la emergencia sanitaria asociada al Covid-19 ha aumentado “extraordinariamente” la demanda de este tipo de medicamentos.
A su entender, esto “puede afectar a la disponibilidad de algunos fármacos de uso común”. Por ello, si bien “de manera temporal”, estimó “necesario buscar soluciones terapéuticas” que contemplen distintas “alternativas equivalentes en eficacia, particularmente para los pacientes en fase terminal, hospitalizados o en su domicilio”.
En este sentido, la Aemps ha publicado algunas “recomendaciones” para garantizar un “buen” manejo terapéutico de los pacientes terminales mediante un tratamiento combinado de opiáceos y benzodiacepinas/neurolépticos, en los que sea necesaria sedación terminal, “estén o no afectados por Covid-19”, puntualizó.
En el caso de los opiáceos, aconsejó utilizar metadona o morfina por vía parenteral, preferentemente vía subcutánea, tal y como recogen las guías de sedación paliativa de uso habitual en práctica clínica.
Con respecto a las benzodiacepinas y neurolépticos, subrayó que Midazolam sigue siendo el medicamento “de elección”, pero admitió que su escasez en estos momentos “obliga a proponer alternativas terapéuticas”.
Cuando no está disponible la primera opción debe ser la administración de un opiáceo por vía subcutánea más levomepromazina (Sinogan®) en una dosis de 12,5-25 miligramos cada ocho horas por vía subcutánea. La segunda opción, si levomepromazina (Sinogan®) no estuviera disponible, es la administración de opiáceos por vía subcutánea más diazepam por vía rectal (Stesolid®), 5 o 10 miligramos cada 12 horas y, cuando la vía rectal no se puede utilizar, la tercera opción contempla la administración de un opiáceo por vía subcutánea, empezando con una dosis más alta, junto a una benzodiacepina por vía sublingual (lorazepam, un miligramo cada seis horas) o transmucosa (midazolam -Buccolam®-, 5 ó 10 miligramos cada 6-8 horas).
Finalmente, como cuarta opción, para aquellos pacientes que no puedan incluirse en alguna de las opciones anteriores y de forma excepcional se puede utilizar una pauta de opiáceos combinados con fenobarbital o clonazepam, estos dos últimos por vía subcutánea en infusión de 24 horas. Eso sí, “asumiendo que se carece de experiencia suficiente de uso de estos medicamentos por esta vía de administración”, señaló.
Junto a ello, recomendó Clonazepam (Rivotril®) a una dosis de uno a cuatro miligramos en 24 horas, en solución diluida y no utilizar con dispositivos de PVC o Fenobarbital (Luminal®) a una dosis de hasta 600 miligramos en 24 horas.
La Aemps hizo un llamamiento a la responsabilidad para conseguir que estos medicamentos estén disponibles “de manera ajustada a las situaciones clínicas que los precisen” y agradeció la “colaboración” de los profesionales de cuidados paliativos que han “ayudado” en la elaboración de estas recomendaciones, que se irán dependiendo de la disponibilidad de medicamentos en cada momento.
(SERVIMEDIA)
31 Mar 2020
MJR/gja