En la presentación de la campaña, el portavoz de Ahige, Juanjo Compairé, señaló que “el ahorro que se consigue es ridículo” en comparación con los beneficios sociales”, y precisó que su objetivo es que el Gobierno no retrase más esta iniciativa y la ponga en práctica en 2012, como ha prometido.

Para ello Ahige distribuirá postales con escenas de hombres cuidando de sus hijos y dirigidas al presidente del Gobierno, donde padres y madres recuerdan a Zapatero que “nos debe dos semanas de tiempo en común, de cuidarnos, de corresponsabilidad, de establecer vínculos duraderos, de aprendizaje y de práctica de la igualdad” y le preguntan “cuánto vale eso”.

Bajo el lema ”nos debe dos semanas”, la campaña contará también con un espacio para la recogida de firmas electrónicas en la web de Ahige y se difundirá por redes sociales como Facebook.

Funcionará durante todo 2011 y, aunque se dirige de forma especial a padres y madres, pueden participar en ella toda la ciudadanía.

Con todo, Compairé precisó que lo que Ahige realmente pretende a largo plazo es llegar a un permiso de paternidad de igual duración que el de maternidad, “intransferible e incluso obligatorio”.

TOMADURA DE PELO

En su opinión, lo que “el Gobierno hizo al suprimir de repente en septiembre una medida aprobada ya en los presupuestos es una tomadura de pelo”, pues “aunque nadie va a basar su decisión de tener un hijo en eso, muchas parejas contarían con el permiso”.

“Probablemente se sentirán estafados”, afirmó, y declaró que desde Ahige se han visto “defraudados con los recortes del Gobierno en políticas de igualdad.

“Parece que para el Ejecutivo es un adorno, algo superfluo para ir de progresistas, pero a la primera de cambio es ahí donde recortan”, criticó.

A su juicio, “hay muchas otras partidas, como los gastos en armamento, donde se podría ahorrar mucho más”.

En esta línea, el también socio de Ahige Roberto Sanz destacó que “la medida ahorrará a la Seguridad Social 200 millones de euros al año, que es una sexta parte de lo que cuesta un caza”.

Sanz señaló además que “no se pueden medir en términos económicos “políticas de carácter social, cuyos beneficios se ven a medio y largo plazo y son de otra naturaleza”.

Hay estudios que demuestran que “los niños que mantienen vínculos con sus padres y sus madres tienen menos fracaso escolar, son más felices e incluso padecen menos obesidad”, concretó.

Según declaró, se trata de “decidir en qué sociedad queremos vivir; si importa más producir o el tiempo que pasamos con los nuestros, y si vamos a fomentar la igualdad o vamos a dejar que la mujer asuma toda la carga y todos los beneficios de tener hijos”.