Cultura
El Botánico recuerda al doctor Balmis, el médico de la viruela que sustantiva la operación militar contra el coronavirus
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El Ministerio de Defensa apodó con el nombre de 'Operación Balmis' el despliegue militar para luchar contra el nuevo coronavirus (Covid-19), que ha movilizado a buena parte del Ejército para dar apoyo a residencias de mayores, patrullar ciudades o desinfectar espacios. El Real Jardín Botánico recordó hoy a quien da nombre a la misión: el doctor Francisco Javier Balmis.
Este cirujano militar nació en Alicante en 1753 y fue médico personal del rey Carlos IV, a quien persuadió para enviar una expedición a América para propagar la entonces recién descubierta vacuna contra la viruela. Fue así como, junto al también médico militar José Salvany, inició en 1803 la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.
Resulta que el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid custodia parte del legado de este médico, que da nombre al despliegue militar organizado por el Ministerio de Defensa para luchar contra la propagación del virus Covid-19.
Tal y como dan cuenta los archivos que custodia la institución, la expedición de Balmis, que se desarrolló entre 1803 y 1806, se dividió en dos al llegar a La Guaira, en Venezuela. Salvany, que era el segundo cirujano, se adentró en Nueva Granada y el Virreinato del Perú, mientras que Balmis se trasladó a Caracas y, de ahí, a La Habana, Nueva España, Macao y varias provincias de Cantón, en China, desde donde regresó a España en 1806.
Vacunó a la población de Santa Elena, una colonia británica a cuyas autoridades tuvo que convencer para hacerlo. Balmis fue acompañado en su expedición por Isabel Zendal Gómez, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la primera enfermera de la historia en misión internacional, según narró el Botánico.
Y es que una parte de la historia de esta expedición se custodia en el Real Jardín Botánico de Madrid. Entre esa documentación destaca un oficio de 1806 de Pedro Cevallos, ministro de Estado de Carlos IV, a Francisco Antonio Zea, científico, naturalista, discípulo americano de Mutis y director del Real Jardín Botánico entre 1804 y 1809.
En este documento que se conserva en el Archivo, el ministro le comunica la llegada de cajones de plantas traídas por Francisco Javier Balmis de Macao y Cantón, que servirían para conocer mejor la botánica de esta zona del planeta.
También figura una carta de 1804 del comerciante, economista y político colombiano José Ignacio de Pombo dirigida a José Celestino Mutis en la que le notifica que Balmis ha dividido su expedición, yendo él hacia México por Cuba, y José Salvany hacia Nueva Granada para propagar la vacuna tras naufragar en el río Magdalena.
Otro documento de interés es el testimonio de un poder general otorgado por Francisco Peralta, administrador de la botica del Real Hospital de Manila, a favor de Francisco Javier Balmis en Madrid, fechado en 1806.
Precisamente, en los fondos del Archivo se conserva una copia del informe realizado por José Salvany en 1803 acerca de su expedición hacia Santafé de Bogotá vacunando a los habitantes de estas tierras.
“CURACIÓN DEL VICIO VENÉREO”
“Resulta paradójico comparar ahora esta expedición dirigida por Salvany, que se encargó de difundir en los siguientes años la vacuna por toda América del Sur. El ingente trabajo de este médico catalán afectó gravemente a su salud”, pues “murió de agotamiento en Cochabamba (Bolivia) en julio de 1810”, explicó el Botánico.
Con anterioridad a la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, la figura de Balmis también aflora en el Real Jardín Botánico. Primero, por la existencia del duplicado de una carta de Martín Sessé al que fuera director del Jardín Botánico Casimiro Gómez Ortega, en la que le hace partícipe del interés de Francisco Javier Balmis en incorporarse a otra expedición, la dirigida por el propio Sessé y Mociño a Nueva España entre 1787 y 1803.
En segundo lugar, por el expediente que se conserva en el Archivo sobre la solicitud de Balmis de raíces de agave y begonia que le servirían para publicar en 1794 su 'Tratado de las virtudes del agave y la begonia', de las que destaca su eficacia para lo que él denominó “curación del vicio venéreo y escrufuloso”, hoy llamadas enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Una de las joyas científicas, pero también artísticas, que se conserva sobre Balmis es una colección de dibujos chinos con de 230 láminas dibujadas en papel de algodón, y que el cirujano militar recibió como regalo por su labor sanitaria durante su visita a Cantón y Macao y que donó al Real Jardín Botánico.
El Botánico ya trabaja en una exposición que, aseguró la exposición, “volverá a poner en valor una gesta y una figura, Balmis, que dejó como herencia una lección para la historia”, y que ahora encuentra similitudes con la situación que vive todo el mundo con la propagación del nuevo coronavirus.
(SERVIMEDIA)
25 Mar 2020
GIC/mjg