Su óptima situación actual es gracias a que las entidades están “mejor capitalizadas y han llevado a cabo un importante proceso de saneamiento de sus balances” tras la crisis del 2012 gracias a la puesta en marcha del Mecanismo de Supervisión Única (MUS) y las normas adoptadas para evitar su repetición, según detalla en una carta incluida en la Memoria de Supervisión de 2019 publicada este martes por el Banco de España.

Según admite en la publicación, la pandemia y los efectos de las medidas necesarias para evitar su propagación “están teniendo un impacto profundo sobre nuestras sociedades y economías” y valora que la respuesta de política económica, tanto nacional como internacional, “está enfocada fundamentalmente a conseguir que los efectos de la perturbación sean transitorios”.

Para alcanzar dicho objetivo considera “esencial” la contribución del sistema bancario para permitir que “las empresas, los autónomos y las familias acomoden las pérdidas transitorias de ingresos y puedan recuperar los niveles previos de actividad, consumo e inversión lo más rápidamente posible”.

Es aquí donde reconoce que el nuevo marco regulatorio y prudencial promovido por el nuevo mecanismo de supervisión único “ha contribuido a conseguir un sistema bancario más sólido”, obligando a las entidades a construir colchones específicamente diseñados “para ser utilizados en situaciones como las que están enfrentando los sistemas bancarios” ahora.

La base de partida de la banca española defiende que es “buena” para encarar el desafío, pero alerta de que aún “existe margen de mejora para aumentar su fortaleza y su capacidad para competir y prestar servicios a los clientes en un entorno cambiante y muy competitivo” y advierte de que enfrentan un futuro desafiante.

“El entorno económico al que se enfrenten en los próximos meses será un desafío para unas entidades que, desde hace unos años, se están viendo obligadas a cambiar su modelo de negocio tradicional, enfrentándose a nuevos competidores y desafíos”, subraya.

No es solo para las entidades. Hernández de Cos afirma que a los supervisores también les toca “ser conscientes” de la importancia de los retos planeados con el Covid-19 y estar preparados para “anticipar” los riesgos que se deriven y “dar respuestas que permitan preservar la solidez de los bancos y la estabilidad financiera”.

El Gobernador del Banco de España repara en que toca además reforzar la coordinación, ya que la industria bancaria está altamente interconectada e internacionalizada. “Como reflejó la anterior crisis, los supervisores nacionales no podemos actuar aisladamente —ni en tiempos normales ni, mucho menos, en tiempos de crisis—“, demanda.

En términos más generales reflexiona que la crisis del Covid-19 ha permitido constatar de nuevo en Europa que, “con respuestas coordinadas y acciones comunes, somos más fuertes para afrontar las dificultades y aprovechar las oportunidades que se nos presentan” poniendo por ejemplo precisamente los logros conseguidos al robustecer la banca tras la puesta en marcha del MUS.

A futuro subraya que todavía queda por culminar el tercer pilar de la Unión Bancaria, con la creación de un sistema europeo de garantía de depósitos plenamente mutualizado, desarrollar la Unión de los Mercados de Capitales y avanzar en la creación de un activo seguro en la zona del euro.

“Alcanzar estos objetivos supondría un paso importante en el fortalecimiento institucional de la Unión Europea (UE) y en la unidad de acción y la efectividad de la respuesta frente a la crisis del coronavirus”, reclamó.