ETA. Un acusado de enseñar el culo y amenazar a la Ertzaintza alega que estaba “muy borracho”

MADRID
SERVIMEDIA

El acusado Juan Madariaga alegó hoy ante la Audiencia Nacional que estaba “muy borracho” cuando, tras la manifestación ilegal convocada el pasado 24 de agosto en Bilbao a favor de los presos de ETA, amenazó a varios agentes de la Ertzaintza, les enseñó el culo y acabó tirándoles por encima un vaso con cerveza.

Cinco vinos durante el aperitivo, una botella en la comida, unas copitas de orujo en la sobremesa, dos “gin-tonics” y cinco cervezas por la tarde conformaron el arsenal alcohólico que Madariaga aseguró haber ingerido antes de participar en unos hechos que dijo “no recordar” pero de los que se siente “avergonzado”.

Madariaga esgrimió este argumento en el juicio que la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebró hoy contra él. El fiscal encargado del caso, Marcelo de Azcarraga, solicitó un año y medio de prisión para el acusado al atribuirle un delito de enaltecimiento del terrorismo.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 20.00 horas del 24 de agosto de 2010, cuando la Ertzaintza comenzó a desalojar de la plaza Circular de Bilbao a las cerca de 70 personas que se habían congregado con motivo de la manifestación convocada bajo el lema “Euskal Presoak, Euskal Herrira” (presos vascos a Euskal Herria), y que había sido prohibida por la delegación del Gobierno.

El fiscal De Azcarraga sostiene que cuando los manifestantes se encontraban atravesando el puente del Arenal, el acusado se adelantó al grupo y empezó a proferir gritos contra los agentes de la Ertzaintza como “ETA, mátalos”, “txakurrak” (perros), “pim, pam pum” o “Gora ETA”.

Además, según reconoció el propio acusado, llegó a mostrarles el culo a los agentes en una acción que se conoce popularmente como “hacer un calvo”. Aún así, los ertzainas no le detuvieron inmediatamente porque, según explicaron ante el tribunal, “no detenemos a nadie porque nos enseñen el culo”.

BAÑO DE CERVEZA

Pero la paciencia de los agentes se colmó cuando, tras proferir los gritos amenazantes, Madariaga se acercó a uno de ellos y, tras preguntarle si tenía sed, le vertió por encima un gran vaso de cerveza que portaba. El acusado fue entonces detenido.

“No me acuerdo de nada”, dijo una y otra vez Madariaga en el juicio de la Audiencia Nacional. En este sentido, indicó que fue su cuñado quien le dijo que había estado “vacilando” a los agentes de la Policía Autónoma Vasca.

El acusado dijo arrepentirse por su comportamiento, ya que tiene “amigos en la Ertzaintza” y está “en contra de la violencia”. Preguntado sobre por qué no denunció unos supuestos malos tratos en su detención –acabó con una contusión en un ojo-, Madariaga se limitó a señalar que no lo hizo porque se sentía avergonzado.

En contra de esta versión de los hechos, los dos agentes de la Ertzaintza que comparecieron ante el tribunal dijeron que no apreciaron que el acusado fuese borracho en el momento de los hechos. Uno de los ertzainas si que acertó a recordar que Madariaga iba “desaliñado”, con la ropa “un poco sucia” y oliendo “a no haberse lavado”.

Tras escuchar los distintos testimonios así como los informes de la Fiscalía y de la defensa, el presidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, decretó el visto para sentencia. Guevara también tuvo su pequeño momento de protagonismo durante la vista oral cuando, al ser desoídas sus instrucciones, levantó la voz y dijo: “Si grito me critican, pero si hablo normal no me hacen caso”.

(SERVIMEDIA)
25 Ene 2011
DCD/gja