Para la entidad presidida por el expresidente José María Aznar, la suspensión del PEC “era obligada” por la actual situación generada por el coronavirus, pero considera que, al ser “uno de los pilares sobre los que se construye la viabilidad y la sostenibilidad de la Unión Europea”, una medida “de tal calado requiere una cierta reflexión”.

Por ello, FAES considera que la suspensión “a secas” de las reglas de estabilidad presupuestaria “no es la respuesta que necesitamos ni que esperamos los que confiamos en el proyecto europeo”, sino que supone “que cada palo aguante su vela”, ya que, al igual que en la crisis de 2008, supondrá “la fragmentación de los sistemas financieros; la activación del círculo vicioso riesgo soberano-riesgo bancario; el ensanchamiento de las primas de riesgo; y, finalmente, las dudas sobre la supervivencia de la unión monetaria y de la propia UE”.

En este sentido, FAES señaló que la suspensión del PEC “pone en riesgo a la moneda común y deja a cada uno de los Estados miembros al albur de sus decisiones y de sus capacidades actuales, lo que necesariamente aumentará las desigualdades entre los países europeos y, probablemente, aboque a alguno de ellos a situaciones de estrés financiero como ya ocurriera en el pasado reciente”.

Por ello, la Fundación propone medidas como utilizar instrumentos como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) o el Banco Europeo de Inversiones (BEI) “para poder insuflar recursos comunes en una situación de emergencia europea como la que vivimos”.

Asimismo, plantea también “poner sobre la mesa un instrumento de deuda con el riesgo mutualizado, una facilidad de estabilización macroeconómica europea financiada con la emisión de los tan debatidos eurobonos”.

“Podemos hacer muchas más cosas que simplemente dejar en suspenso uno de los pilares de la Unión”, apuntó, añadiendo que “si el mensaje que recibimos de la UE es que ni siquiera en estas circunstancias somos capaces de poner en marcha un proyecto común, quizás el proyecto europeo no merezca la pena”.