La banca y KPMG reclaman al regulador “guías, incentivos y marcos claros” para impulsar las finanzas sostenibles

VÍDEO: los clientes de Servimedia disponen de imágenes y sonido de estas declaraciones en el enlace https://drive.google.com/drive/folders/1Gfbhjs-kFAx52rI0lQD8mS8DcjYvKSPh

MADRID
SERVIMEDIA

Las entidades financieras están decididas a impulsar las finanzas sostenibles, esas que incluyen factores sociomedioambientales a la hora de prestar e invertir, pero ven difícil un gran desarrollo mientras no exista una definición clara de qué es y no verde y falte una hoja de ruta que trace el camino de la economía y sectores hacia la descarbonización.

Así lo pusieron en evidencia las directoras de Banca Responsable del Santander, Lara de Mesa, y de Caixabank, Sandra González, junto al director de Consultoría para el Sector Financiero de KPMG, Pablo Vañó, y al socio responsable de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG en España, Ramón Pueyo, en un foro sobre ‘Finanzas Sostenibles’ celebrado en Servimedia.

“El mensaje que los reguladores nos están dando, que da la Autoridad Bancaria Europea, es: avanzar", porque "estamos en un momento de innovación y el regulador y supervisor a veces no es el mejor para innovar”, relató la directiva del Santander.

Si bien reconoció que la opción no es quedarse quietos a la espera de lo que vaya ocurriendo, demandó más reglas para que las finanzas sostenibles se desarrollen con decisión: “Para escalar y para avanzar en el ritmo que necesitamos, necesitamos guías e incentivos y marcos claros; y en esto queda mucho por hacer”.

La responsable del Santander explicó que, de hecho, el propio sector está promoviendo iniciativas tomando de referente aún las recomendaciones emitidas en el año 2017 por el Consejo de Estabilidad Financiera en la materia. Lo hace, según indicó, junto a otros avances de la Comisión Europea, de la Federación Bancaria Europea y la iniciativa en finanzas sostenibles de las Naciones Unidas, “que también están intentando hacer ejercicios piloto” para empujar.

La idea de apostar por las finanzas sostenibles dijo que viene de muy atrás como prueba que el propio Santander lo lleva “gestionando activamente diez años”. En 2018 se dotó de una Comisión de banca responsable, sostenible y de cultura dentro del consejo de administración y durante años se ha adherido a varias iniciativas como la lanzada por la ONU, convirtiéndose en uno de los miembros fundadores de los principios de banca responsables, o el Compromiso de Acción Climática para “alinear el portfolio con el Acuerdo de París”.

“Los bancos tenemos una responsabilidad, tenemos que ser un agente activo en esta agenda y tenemos que hacer lo que nos corresponde, pero, para que todo avance en la escala que necesitamos y al ritmo que necesitamos, porque en 2030 está muy cerca, necesitamos que muchos otros agentes acompañen”, insistió.

FIJAR UNA RUTA DE DESARROLLO SECTOR A SECTOR

A su juicio lo primero que habría que hacer es “marcar el camino” y “las sendas de transición por las que queremos discurrir”, con un “análisis que aterrice sector por sector cuál es la transición por la que cada sector tiene que pasar y cuál es el punto de llegada”.

En paralelo pidió “aumentar la transparencia” y que “todos los agentes” reporten “los riesgos sociomedioambientales y climáticos que tienen en su gestión” para que la banca pueda analizarlos y que “los reguladores y los supervisores nos vayan fijando pautas” para que “lleguemos a soluciones que sean comparables, de las que podamos aprender y escalar”.

En un sentido parecido Sandra González, indicó que Caixabank, donde también es la directora de Banca Responsable, asumió el Compromiso Colectivo de Acción Climática y se adhirió en el 2007 a los Principios de Ecuador y ha suscrito otros grandes acuerdos como el de la ONU, además de haberse dotado de una comisión especializada del consejo y haber diseñado una estrategia ‘ad hoc’. “Las entidades financieras hemos ido avanzando al regulador en muchas cosas”, explicó.

Asimismo, reconoció que la Comisión Europea está dando pasos y ha sacado una primera taxonomía de qué se considerarían sostenible, pero lamentó que “está muy pensada para inversores” y “no está aterrizada para lo que sería un banco de productos y su cartera”.

Indicó que son los propios bancos los que están trabajando para hacerla suya y específica para el negocio con clientes y créditos, por lo que demandó una regulación específica. “No tenemos todavía unas reglas claras si hablamos de un coeficiente verde. Necesitamos saber qué estamos midiendo exactamente, que todas las entidades, incluso los clientes del resto de grupos de interés, sepan qué significa verde”, reclamó.

INCENTIVOS FISCALES Y MOTIVACIÓN

Para empujarlo y cuando esto se aclare y “tengamos números y datos”, la directiva de Caixabank defendió que habrá que dar también el paso de establecer incentivos para promover la descarbonización. “Lo ha dicho también el regulador: esto tiene que ser un tema de fondos privados y fondos públicos. Sólo desde el sector financiero no se puede llevar adelante esta agenda”, afirmó.

A su juicio, “se necesita una regulación estable que elimine incertidumbres en la medida de lo posible”, pero también “que haya una política fiscal que acompañe toda esta trayectoria”.

El socio responsable de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG en España, Ramón Pueyo, reparó a su vez en que el verdadero desafío es cómo incorporas al ‘core’ de negocio bancario consideraciones sociomedioambientales o de cambio de climático, así como a sus sistemas de evaluación de riesgos y decisiones de concesión de financiación o inversión.

A la carencia teórica de que “no está claro que es y que no es sostenible” añadió la dificultad de medirlo porque “va evolucionando con el tiempo” y hay distintos estándares en el mercado sobre su cuantificación, que el regulador debería clarificar “sentando las bases” regulatorias.

Para promover después las finanzas sostenibles y la descarbonización, el experto coincidió en apostar por fijar incentivos y disuasorios. Según detalló, la Comisión Europea ya está teniendo en cuenta, precisamente, “las tres ‘C’ del cambio, que son la coacción, la convicción y la conveniencia”.

Conforme al directivo de KPMG se trata de que los actores económicos “estén persuadidos de la importancia que tiene que el sistema económico avance hacia una economía más baja en emisiones para evitar las peores consecuencias del cambio climático”, contar a la vez con un marco regulatorio que “permita establecer no sólo la zanahoria, sino también el palo”, y establecer incentivos “que ayuden a las compañías a moverse, en la que los reguladores entienden que es la dirección correcta”.

En este punto indicó que no todos los incentivos tienen por qué ser económicos, ya que “los mercados de capitales, los mercados de bienes y servicios o, incluso, los mercados de empleo, premian conductas de bancos y de compañías, grandes y pequeñas, que van en la dirección del desarrollo sostenible”. Para lograrlo, indicó que “hace falta también aumentar un poco la sensibilidad de la opinión pública y de los consumidores, potenciales empleadores o potenciales inversores, sobre la importancia de todo esto”.

BONIFICAR EL CAPITAL

“Para mí una entidad tiene tres ejes en su gestión: liquidez, capital, márgenes y en todo, transversalmente, la reputación. Entonces, cualquier medida que permita fomentar cualquiera de dichos ejes será bienvenida y será un buen incentivo para fomentar la financiación verde”, agregó el director de Consultoría para el Sector Financiero de KPMG, Pablo Vañó.

Vañó ve, precisamente, “una voluntad del regulador en aras de bonificar las finanzas sostenibles” en términos de capital para que la banca sea más ecológica en su financiación e inversiones.

Al respecto recordó que Comisión Europea ha introducido un artículo en su directiva de capital CRR2 y en el reglamento para bonificar o ahorrar hasta el 25% del capital exigible en ciertas financiaciones que otorguen las entidades para proyectos sostenibles de servicios públicos esenciales.

“Esto es un gran avance porque al final se trata de fomentar las finanzas sostenibles. Entonces, desde el momento en que tengamos bonificaciones de capital, pues los bancos se meterán mucho más en la lucha para poder financiar sosteniblemente”, auguró.

(SERVIMEDIA)
15 Mar 2020
ECR/PAI