Para CCOO, "en las condiciones actuales de promoción del tráfico rodado por las Administraciones madrileñas, no se puede garantizar el derecho de todos a respirar un aire saludable".

Según este sindicato, el problema no es sólo el dióxido de nitrógeno que preocupa al alcalde, sino también las partículas en suspensión y el ozono troposférico, cuyos límites máximos se han superado varias veces en el último año.

CCOO es consciente de la dificultad de restringir el tráfico, pero cree que "eso no hace imposible adoptar medidas que encaminen a nuestra ciudad al cumplimiento de los límites legales establecidos por la Unión Europea".

En concreto, propone reducir el tráfico en la almendra central, creando una zona de bajas emisiones y estableciendo "Zonas 30", con la velocidad de circulación limitada a 30 kilómetros por hora y áreas de confluencia peatonal.

Además, defiende el establecimiento con carácter inmediato de un sistema urbano de tranvías para garantizar un transporte público rápido en la zona interior de la M-30, concretamente en los ejes de Castellana y Arturo Soria; y utilizar energías alternativas en la alimentación del transporte público, concretamente en metro y tranvía.

También propone eliminar el veto del Consorcio Regional de Transportes al gas natural, en sustitución del gasoil, y hacer efectiva la reconversión de toda la flota de autobuses a gas natural. Finalmente, plantea la promoción de la movilidad sostenible en el acceso al trabajo, en transporte público o en bicicleta, que además permitiría reducir los accidentes "in itinere".