Así se pronunció, en declaraciones a los medios tras una rueda de prensa en la que anunció que donará los 300.000 euros de la herencia de su esposa fallecida a la investigación de la enfermedad y en las que valoró la decisión del Tribunal Supremo de rechazar por cuestiones “técnicas” su recurso para que el caso no siga instruyéndose en un juzgado de Violencia sobre la Mujer.

“Si me juzgan, me juzgarán allí”, admitió, al tiempo que reconoció que para él resulta “muy desagradable” que le sentencien por ayudar a morir a su esposa. “Yo sabía a lo que me exponía, pero que me digan que yo he provocado malos tratos a mi compañera es terrible para mí”, apostilló.

En otro orden de cosas, con respecto a la futura ley que regulará la eutanasia, confesó sentirse “preocupado” por el hecho de que las comunidades autónomas gobernadas por la derecha “puedan interrumpir e incluso impedir que a gente que lo necesita y libremente lo haya pedido, no se les pueda aplicar la ley porque ellos la paralicen”. Por esta razón, ha solicitado al PSOE que la futura ley “blinde” el derecho de estas personas frente a “aquellas comunidades autónomas que son bastante de derechas”.

Tras confiar en que la nueva ley quede aprobada “este año”, porque tanto el “80% de la sociedad” como la “mayoría” de los partidos políticos están a favor de que se despenalice la eutanasia, Hernández lamentó que haya grupos “que seguirán en contra y harán incluso una enmienda a la totalidad para que no salga adelante”.

“Va a ser una ley útil porque con ella puede ocurrir lo que pasó con la ley del aborto, que salió como salió pero luego ha ido avanzando”. “Creo que va a ser algo así, aunque lo mejor es que empiece a andar para conocer si realmente funciona o no”, señaló, al tiempo que puntualizó que, “en la medida en que vaya funcionando, tendrá sus arreglos para mejorarla”.