Así lo dijo la ministra durante su intervención en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados en la que respondió a la pregunta formulada por la diputada del PP, Cuca Gamarra, sobre la afectación de los aranceles de Estados Unidos a la economía española.

Calviño señaló que “en una economía tan abierta como la española es imposible aislarse de las tensiones internacionales, incluyendo las comerciales” y que éstas últimas continuarán durante este año. “Desde el Gobierno hemos hecho todo lo posible por tratar de atenuar o atajar estas tensiones y apoyar al sector agroalimentario”, subrayó.

Apuntó que los aranceles no son el único “problema” que tiene ese sector y rechazó que dichas tasas de Estados Unidos a productos españoles estén relacionadas con la tasa digital, que afectaría entre otras, a empresas digitales norteamericanas. “No tiene una cosa que ver con la otra”, dijo Calviño, quien explicó que en el ámbito internacional hay “acuerdo” para ese nuevo impuesto.

Afirmó que "no podemos tener un Estado del bienestar de primera clase con un sistema fiscal lleno de agujeros" y aseguró que "la ciudadanía espera de nosotros la tasa digital, a las transacciones financieras y un conjunto de impuestos que refuece nuestro sistema impositivo".

En cualquier caso, la ministra de Asuntos Económicos y vicepresidenta tercera defendió la “sensibilidad” del Ejecutivo con el sector agrícola con las medidas adoptadas en esta semana como, por ejemplo, prohibir la 'venta a pérdidas'.

Por otra parte, la ministra respondió a otra pregunta formulada por el Grupo Socialista sobre la reducción de la ratio de deuda pública sobre PIB, que el año pasado cerró en el 95,5% del PIB, cuatro décimas menos de lo previsto por el Gobierno.

Calviño quiso destacar que España ahorró en 2019 unos 2.400 millones de euros en el pago de intereses de la deuda “en un contexto en el que el déficit de la Seguridad Social se está financiando principalmente con cargo a deuda pública”.

Aprovechó este turno para pedir a la Cámara “responsabilidad” y aprobar la senda de estabilidad, como paso previo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), “para que podamos seguir reduciendo la deuda y el déficit, sin poner en riesgo el crecimiento económico y la creación de empleo”.