Delgado se pronunció de esta forma en la Comisión de Justicia del Congreso, donde comparece esta tarde antes de ser nombrada formalmente como fiscal general. Esta comparecencia es obligada, aunque no se efectúa ninguna votación, por lo que el gabinete de Pedro Sánchez podrá hacer efectivo su nombramiento en un próximo Consejo de Ministros.

En su intervención inicial, la exministra recordó a la fiscal general saliente, María Jesús Segarra, y afirmó que la Fiscalía es “una institución básica del Estado y mantendrá la senda de su defensa radical de su independencia, su imparcialidad y su autonomía”.

A este respecto, defendió que su trayectoria profesional garantiza que será imparcial como fiscal general pese a que la proponga el Gobierno. “Mal me conocen”, afirmó, “quienes pueden llegar a pensar que una servidora pública con alma de fiscal puede traicionar sus principios y convicciones que le han llevado aquí en estos últimos treinta años”. “Me avala mi trabajo en mi institución desde la trinchera y los despachos y me avala también mi relación con la Fiscalía cuando he estado fuera de ella”, remarcó.

Al mismo tiempo, Delgado se refirió a que, si es confirmada como fiscal general, combatirá “nuevas amenazas que surgen de la extensión de discursos basados en el odio y en la discriminación”. Aludió al respecto a “ciertos movimientos antidemocráticos que cuestionan no sólo la legalidad, sino también desprecian e ignoran los más elementales derechos fundamentales, especialmente el de la dignidad del ser humano”.

En esta línea, señaló que defenderá a colectivos como los menores extranjeros no acompañados ('menas'). Afirmó al respecto que “la estigmatización como colectivo” de los menas y “su utilización pública capaz de inducir a comportamientos intolerables en una sociedad civilizada” debe tener “una respuesta en una acción protectora por parte de la Fiscalía, quien utilizará todos los medios a su alcance para garantizar esa dignidad frente a aquellos que pretendan menoscabar”.