El mando de los Mossos explicó, a preguntas del fiscal, que "teníamos que estar preparados por si surgía la orden de detención a partir de la declaración de independencia". "No sabíamos si la daría un juez o el presidente del TSJC", señaló. Por eso, él mismo dio orden de avisar al presidente del TSJC de que el Cuerpo estaba a su disposición para lo que decidiera.

Las instrucciones a los distintos equipos que tenían encomendada la tarea de realizar las detenciones de los miembros del Govern eran precisas: "Era un delito muy particular. Teníamos que hacer una lectura de derechos y esperaríamos a lo que dijera el juez del TSJC".

El fiscal Pedro Rubira consideró insuficiente esta explicación y preguntó al comisario la razón por la que se dirigieron al presidente del TSJC a través de sus escoltas y su secretaria, ya que una orden de detención partiría del magistrado instructor que estuviera al cargo de la investigación. Ante la insistencia de las preguntas, la presidenta del tribunal apercibió al fiscal.

Además, el comisario Comes explicó que asistió a una reunión “surrealista” con altos cargos del Govern en la que se les propuso que los Mossos asumieran las competencias de control de aduanas en un escenario de independencia.

Según comentó, ese encuentro fue convocado por el exsecretario de Hacienca Lluis Salvadó y asistieron varios mandos de la policía catalana y el exsecretario general de Interior de la Generalitat, César Puig, también acusado en este juicio. En ese encuentro se les preguntó si tenían diseñado el control de aduanas para un escenario de independencia, momento en el que Puig interrumpió la reunión.

El comisario insistió en que la situación fue “surrealista”. Después informó al mayor Josep Lluís Trapero que “se mostró indignado" y aseguró que "se quejaría al departamento de Interior" por la propuesta.