Religión

Una víctima de abusos en la Iglesia pide al Gobierno una declaración institucional como hace con la violencia machista

MADRID
SERVIMEDIA

Miguel Hurtado, que sufrió abusos sexuales de un monje de la abadía de Montserrat cuando tenía 16 años, recrimina al Gobierno que no haya hecho “ninguna declaración institucional” por los “muchísimos casos” de pederastia en la Iglesia que han salido a la luz.

“En el Congreso se podría haber hecho una declaración institucional de apoyo a las víctimas. Cuando comparas esa respuesta con la de las víctimas de violencia de género, el terrorismo, las agresiones sexuales, se produce una sensación extraña ante una violación de derechos tan grave que hace que nos preguntemos si la gente se está enterando”, afirmó a Servimedia con motivo del reciente lanzamiento de ‘El manual del silencio’ (Planeta), un libro con el que pide que la sociedad deje de ser “hipócrita” y actúe de forma “adulta” ante un problema que es mayor de lo que parece.

“Tienes la sensación, como víctima, de que cuando estás denunciando, desde las instituciones públicas sólo te llega el eco de tu voz”, lamentó Hurtado, que llama a la “acción colectiva” basada en la “escucha” a las víctimas para actuar frente a esta lacra en la Iglesia desde distintos ámbitos: obispos, sociedad en general y política.

En su opinión, “en España el problema de la pederastia en la Iglesia está comenzando a aflorar muy tímidamente, pero hay una bolsa enorme de abusos ocultos” y “a nadie le sorprende este tipo de casos”, porque “la pederastia en la Iglesia ha sido un secreto a voces”.

Por ello, denuncia que la Ley de Infancia que está impulsando el Gobierno “no representa a las víctimas de pederastia clerical”, pues no recoge que el plazo de prescripción de los casos contemple que la edad a la que suelen denunciar las víctimas es, de media, los 44 años, y no los 30 como plantea la ‘ley Rhodes’.

AFRONTAR LO SUCEDIDO

Pero, además de pedir acciones a los políticos y una “mayor implicación” de las administraciones públicas para que dejen de tratar el asunto como algo “interno” a la Iglesia sino como una “vulneración de los derechos humanos ante la que el Estado tiene mucho que decir”, el autor de ‘El manual del silencio’ también reclama “un primer paso” a los obispos: “Dejar de negar la realidad y afrontar lo que ha sucedido”. Y, después, reflexionar sobre “qué respuesta” se da a las víctimas, para quienes el sufrimiento “no es pasado”.

Hurtado, que en su adolescencia se planteó incluso ser sacerdote, pide a los obispos españoles que reaccionen “de forma temprana”, ser proactivos”, que no piensen que el problema va a desaparecer o “que es una campaña de los medios y que las aguas se van a calmar”.

Para ello, urge a “un cambio de mentalidad” y que sean “lo suficientemente humildes” para escuchar recomendaciones como las que hizo en 2015 la ONU: “Denunciar automáticamente a la justicia civil, cesar a obispos encubridores, compensar económicamente a las víctimas, entregar archivos canónicos internos con la documentación de los casos que han ocurrido durante décadas y hacer ‘lobby’ a favor de leyes de protección a la infancia en cuestiones como aumentar los plazos de prescripción del delito”.

(SERVIMEDIA)
01 Mar 2020
AHP/gja