El jefe del Ejecutivo modificó su costumbre de abandonar la Cámara Baja tras las preguntas a la vicepresidenta en las sesiones de control al Gobierno y permaneció en el Hemiciclo durante una hora.

Lo hizo coincidiendo con el chaparrón que soportó Ábalos por parte de la oposición, que le requirió en diversas ocasiones por el encuentro que mantuvo en Barajas con la jefa de la diplomacia venezolana.

La actitud de Sánchez fue imitada por el resto de los miembros del Ejecutivo que permanecieron en sus escaños mientras Ábalos rendía cuentas sobre este particular.

Sánchez abandonó la Cámara Baja una hora después de comenzar la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso, coincidiendo con el final de la batería de preguntas a su ministro de Transportes, al igual que los ministros que ya habían satisfecho los requerimientos de la oposición.