Pineda se enfrentaba este viernes a la segunda jornada de declaración como principal acusado de la causa Ausbanc por la que la Fiscalía le pide más de 118 años de cárcel. Tras hacer un repaso ayer a las conflictivas relaciones de Pineda con varias entidades financieras, emprendió el interrogatorio relativo a la supuesta extorsión a la infanta que Pineda habría realizado a través del sindicato Manos Limpias. Se trata de esclarecer si quería cobrar una cantidad millonaria a cambio de retirar la acusación popular.

El acusado negó, al igual que hizo en la sesión del jueves, haber intentado extorsionar a la Familia Real e insistió en que su presencia en ese juicio se debió a una petición personal de Giró que le hizo la sugerencia de manera “muy elegante” en una reunión.

Según su versión, tras recibir la petición advirtió al presidente de la Fundación La Caixa que el asunto lo llevaba Manos Limpias y, en su nombre, la abogada Virginia López Negrete, que “se reactivaba y se quería comer el mundo con este tema, pero el dañado era la monarquía de España”.

Pineda aseguró que transmitió al sindicato que “esto es importantísimo, esto manejadlo bien. Y yo me meto, porque me mete La Caixa desde ese día, 5 de febrero”. Relató que fue él quien trasladó a Manos Limpias “la situación de Urdangarín y la Infanta” aunque nunca sugirió la posibilidad de retirar la acusación porque “sé jugar muy bien” y tan sólo se limitó a preguntar “cómo se puede solucionar”.

El expresdiente de Ausbanc explicó que Miguel Bernad estaba “consternado” cuando se empezaron a publicar informaciones sobre el intento de extorsión a la Corona y acabó asegurando que en ese momento Iñaki Urdangarin “estaba mal” aunque “ahora le veo muy bien”.