Cumplir los 18 años supone para decenas de miles de jóvenes el cese total de las medidas de protección, ya sea en familias o en residencias de acogida. Por tanto, se enfrentan a un proceso de transición a la vida adulta sin apenas ayuda y, muchas veces, en solitario.

A través del programa que ha puesto en marcha Nuevo Futuro, un educador social realizará un acompañamiento educativo con acciones formativas individualizadas para mejorar la cualificación académica de los chavales. También asesorarán en la gestión de los distintos trámites necesarios en su proceso de ‘emancipación’.

El proyecto de post-acogimiento quiere dar así continuidad al trabajo y atención personalizada que los menores reciben hasta alcanzar los 18 años, momento en el que, se ven obligados a abandonar los recursos de protección, aunque sus circunstancias personales, en determinados casos, no sean las más óptimas.

“El proyecto de post-acogimiento quiere dar así continuidad al trabajo y atención personalizada que los menores reciben hasta alcanzar los 18 años, momento en el que se ven obligados a abandonar los recursos de protección aunque sus circunstancias, en determinados casos, no sean las más óptimas”, explicó la organización.

Y es que “se ha comprobado que (los jóvenes que dejan la protección al cumplir la mayoría de edad) presentan escasas habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración, inestabilidad emocional, baja cualificación y déficit en sus competencias personales y laborales”, señaló la asociación.

Desde Nuevo Futuro se realizará una primera toma de contacto con los jóvenes que han salido de los hogares estos últimos años para explicarles el proyecto y ofrecerles atención. Si deciden entrar en el programa, tendrán una primera valoración de su situación para determinar las necesidades y apoyos que requerirán.