“Estamos absolutamente focalizados en desarrollar la estrategia y no contemplamos ninguna operación específica en España”, afirmó al ser cuestionado por los analistas durante la presentación de resultados sobre las recientes manifestaciones del presidente del Sabadell, José Oliu, abriendo la puerta a transacciones.

Con un “quizá sí, ya veremos”, Oliu alentó expectativas de que el Sabadell se embarcase en nuevas transacciones después de que defendiese su lógica ante la presión de los mercados e inversores para que la banca reduzca costes, vía un proceso de concentración.

Guardiola explicó a los analistas que el argumento del presidente del Sabadell era que la consolidación “tiene sentido” en el actual escenario por la alta presión que sobre negocio, márgenes y resultados ejerce el prolongado escenario de tipos negativos para las entidades financieras.

El consejero delegado recordó que el Sabadell exige a este tipo de operaciones que tenga “sentido estratégico, generen valor para los accionistas” y su integración o ensamblaje sea gestionable, para enfriar las expectativas suscitadas por Oliu después.

El grupo Sabadell desveló hoy que el pasado año ganó 768 millones de euros, lo que supone un aumento del 134% interanual gracias al descenso en la carga de provisiones y por la ausencia de los costes extraordinarios soportados por entonces en TSB.

La filial británica lastró las cuentas de 2018 con un cargo de 226 millones por culpa del retraso en la migración de su plataforma, pero el pasado ejercicio recuperó el pulso comercial, como lo prueba que creciese al 8,5% en créditos o el 9% en saldo de clientes.

Sin embargo, su contribución, en la línea de beneficios, ha vuelto a restar resultados al grupo tras anotarse un cargo de 50 millones en costes de reestructuración y pese a reducir la partida de costes en un 8,4% interanual.

De cara a 2020, Guardiola admitió que la banca encara un contexto donde continuarán los “desafíos” por el escenario de tipos negativos para las entidades, la presión para bajar los costes, los impactos regulatorios y la alta competencia para captar y retener clientes.

Entre las prioridades del Sabadell fijó mantener “fuertes” crecimientos de ingreso, continuar reduciendo la cartera de activos improductivos (créditos dudosos y activos adjudicados), ejecutar la reestructuración ya decidida en el plan estratégico anunciado de TSB, “mantener un adecuado nivel de capital” y continuar creando valor para los accionistas.