El precio de las acciones selló en 3,7075 euros una sesión que, paradójicamente, había arrancado con la información de que su beneficio cayó un 17% el pasado año, hasta los 6.515 millones de euros, por culpa de los altos saneamientos realizados en Reino Unido y costes de reestructuración en aquel mercado y en España.

Sin los impactos extraordinarios, el beneficio del grupo crecería un 2% y ascendería a 8.252 millones de la mano del mayor número de clientes y aumentos del 4% en los ingresos. De hecho, el banco batió records en el cuarto trimestre, con el mayor beneficio atribuido de su historia en sólo tres meses: 2.783 millones que implican un aumento del 35% interanual.

La favorable evolución del negocio y cuenta ha decidido al consejo de administración a aprobar un dividendo total con cargo al resultado de 0,23 euros, la misma cuantía que en 2018, y con un incremento del 3% en la parte que abona en efectivo y no con entrega de acciones.

La presidenta del grupo, Ana Botín, anunció que logrará además un año antes situar su capital de máxima calidad CET1 fully loaded en el 12%, por encima del 11,65% con que finalizó el pasado año y se comprometió a que el beneficio por acción crezca “a un dígito alto” en los próximos tres ejercicios.