De 49 años, Puelles falleció en un atentado en Arrigorriaga (Vizcaya), donde residía el policía y donde estaba aparcado su coche, que explotó al accionarse la "bomba lapa" que los etarras habían colocado en los bajos del vehículo.

El Gobierno explicó que este ascenso "pone de manifiesto la deuda de permanente gratitud que la sociedad española tiene contraída con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por su constante labor en garantía de los derechos fundamentales y de la seguridad pública".

El Ejecutivo añadió que este compromiso "se ve especialmente acrecentado, como en este caso, con aquellos funcionarios que han perdido su vida como consecuencia de un atentado terrorista".