En un informe hecho público este jueves, la FICR destaca que reconstruir las ciudades destruidas por el seísmo, el apoyo a las familias para que rehagan sus vidas y el fortalecimiento de las instituciones públicas son objetivos fijados a largo plazo.

Esta organización subraya que un millón de personas afectadas por el terremoto continúan viviendo en campamentos, a pesar de los esfuerzos de las instituciones humanitarias.

"El principal desafío (en términos de refugio temporal y a largo plazo) es la tierra. El acceso a la tierra a menudo ha sido bloqueado por un sistema complejo e informal de tenencia de la tierra, por lo que no está claro quién ostenta en realidad el título de dueño de un pedazo de tierra", señala el informe.

Debido a esta situación, el estudio indica que "los planes para construir refugios se han visto seriamente afectados", ya que el terremoto ha exacerbado las dificultades legales sobre la propiedad de las tierras en Haití.

A pesar de estas dificultades, el grupo de trabajo de organizaciones dedicadas a la vivienda había construido 31.656 refugios temporales en todo Haití hasta el pasado 16 de diciembre.

Por otro lado, el informe enumera los aspectos positivos logrados un año después del terremoto. Por ejemplo, las 124 sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que han trabajado en la respuesta al terremoto han ofrecido materiales para construir refugios de emergencia a 172.000 familias, como lonas, tiendas de campaña, madera, herramientas y cuerdas.

Además, casi 160.000 familias han recibido otros artículos de supervivencia (baterías de cocina, kits de higiene, mantas y bidones), más de 195.000 familias contaron con ayuda alimentaria en las primeras semanas tras el seísmo, casi 216.000 personas fueron atendidas de emergencia en centros sanitarios, unas 317.000 personas reciben a diario agua potable, unas 49.000 familias disponen de ayuda financiera y 45.000 personas han contado con oportunidades de empleo a corto plazo.