La aerolínea explicó en un comunicado que esta caída está “en línea con nuestra estrategia de pasar del crecimiento a la rentabilidad”. En términos unitarios, el tráfico total medido en pasajero-kilómetro transportado disminuyó en un 23 por ciento.

Los datos de tráfico de la ‘low cost’ noruega muestran un aumento de los ingresos unitarios por octavo mes consecutivo, que subieron un 18 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior.

La ocupación media fue del 83%, con un aumento de 4,2 puntos porcentuales. La compañía operó el 99,8 por ciento de los vuelos programados para ese mes, de los cuales el 86,2 por ciento partió puntual, un aumento de 3,7 puntos porcentuales.

Norwegian continuó reduciendo sus emisiones de CO2 en noviembre, con 73 gramos por pasajero-kilómetro, lo que supone un recorte del 6 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado. Ello a pesar de la puesta en tierra del MAX, lo que ha obligado a la compañía a alquilar aviones más antiguos. Con una edad promedio de 3,8 años, Norwegian tiene una de las flotas más jóvenes y amigables con el medio ambiente del mundo, gracias a lo cual la compañía ha reducido sus emisiones por pasajero en un 30 por ciento desde 2008.