Aznar dijo a los comensales que queda mucho camino por recorrer e hizo balance de los objetivos que se planteó al inicio de la legislatura que ahora toca a s fin.

Explicó que uno de los primeros objetivos en 1996 fue "normalizar la vida política" y establecer un marco de estabilidad institucional. Cuatro años después considera que la corrupción y los escándalos han quedado "en el baúl de los recuerdos".

Recordó que la entrada en el euro fue otro de los grandes éxitos de su etapa de gobierno y pidió que después de haber cogido el tren de la moneda única "ahora tenemos que convertirnos en maquinistas y estar entre los mejores".

El tercero de sus ojetivos, la erradicación del paro, está también encauzado. El pleno empleo es posible en la próxima legislatura, pero para ello es imprescindible profundizar en la política económica puesta en práctica por el PP en los últimos cuatro años, según dijo.

Aznar tuvo un recuerdo para las víctimas de ETA y aseguró en referencia al PNV que "el poder sin alma es una máquina infernal".

El presidente, que bromeó durante su intervención, recibió el aplauso de los militantes del PP aragonés que le obsequiaro con una jota al final de su intervención.