Junto a ellos, otras cinco personas resultaron heridas, todos a causa de dos ataques ocurridos en un campamento de Biakato Minesy y en la oficina de Coordinación de la respuesta ante el Ébola en Mangina.

Entre los fallecidos, había un miembro del equipo de vacunación, dos conductores y un oficial de policía. Otro trabajador más de la OMS resultó herido, y los otros cuatro eran empleados del Ministerio de Salud del Congo.

Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, "todos ellos murieron cumpliendo su deber, es decir, ayudando a otros a salvar su vida". "Tenemos el corazón roto, y toda nuestra solidaridad está con sus familiares y amigos", dijo.

En la última semana se han registrado siete nuevos casos de ébola en la región, lo que supone un descenso muy importante respecto al máximo de 120 a la semana que se contabilizaba en abril.

"El ébola estaba en retroceso, pero estos ataques pueden reforzarlo otra vez y costar más vidas", lamentó Ghebreyesus.