El programa ‘Compludog’ constata una mejora en los niveles de estrés, bienestar y habilidades sociales de los universitarios
- La iniciativa continuará y se ampliará para los próximos cursos
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El programa ‘Compludog’ de intervenciones asistidas con perros, auspiciado por la Universidad Complutense de Madrid y Fundación Affinity, ha demostrado ser “efectivo” en la mejora de los niveles de estrés, tanto percibido como fisiológico, el bienestar y las habilidades sociales de los estudiantes universitarios que han participado en la iniciativa pionera en España.
Esta es la principal conclusión que el grupo de investigación Pedagogía Adaptativa de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid ha extraído del programa, impulsado en colaboración con una entidad “referente” en el ámbito de las intervenciones con animales desde hace más de 30 años, según precisó la institución académica este miércoles a través de un comunicado.
‘Compludog’ es un programa piloto de tres semanas de duración en el que han participado tres perros y 53 estudiantes de primer curso, de entre 18 y 25 años, que han realizado tres sesiones de intervención de una hora semanal, ajustadas al periodo previo a los exámenes y diseñadas específicamente para conseguir reducir el estrés y ansiedad de los estudiantes, mediante actividades y métodos basados en el adiestramiento en positivo.
Según informaron sus impulsores, a diferencia de las intervenciones psicológicas y educativas que se centran en erradicar los síntomas o en desarrollar estrategias de autocontrol, mediante la interacción que promueven estos animales se busca modificar las respuestas endocrinas que se generan en situaciones de estrés y equilibrar los niveles de cortisol, epinefrina y neopinefrina gracias al contacto con el animal.
Para poder evaluar su efectividad el equipo de investigación de la facultad, en colaboración con la Fundación, ha medido los niveles de cortisol salivar dos semanas antes de comenzar el programa, dos semanas después de la última sesión y seis semanas después del fin del programa, ya en época de exámenes, para ver si los resultados se mantienen a medio plazo. Además, estas muestras también se realizaron a 40 estudiantes del mismo grado y curso que no participaron activamente, para poder establecer una comparación.
En la primera medición, tanto los estudiantes del grupo de control como los que participaban de forma activa en las sesiones tenían unos niveles de estrés altos y la última medición mostraba que los niveles de estrés del grupo de control eran más altos que al principio, mientras que los estudiantes que habían participado habían aumentado “un poco” dichos niveles, aunque “sin llegar a los niveles de los que partían”.
(SERVIMEDIA)
27 Nov 2019
MJR/pai