La organización se basa en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para elaborar el citado análisis en el que indica que los trabajadores temporales tienen un 1,3% de probabilidad de ascender profesionalmente, frente al 0,7% de los indefinidos.

No obstante, ese ascenso entre aquellos que tienen contratos de duración determinada se ha reducido en el último año, pasando del 1,5% en el tercer trimestre de 2018, al 1,3% este año.

En el caso de los trabajadores fijos, la probabilidad de ascenso aumentó del 0,5% el año pasado al 0,7% este año, con lo que la diferencia entre los dos colectivos se ha recortado.

Atendiendo al perfil del trabajador, entre los temporales son los hombres (1,3%), con educación media (1,5%) menores de 24 años (1,5%) los que mayor probabilidad de ascenso presentan.

En el caso de los indefinidos, los hombres (0,8%), con educación alta (0,8%) y de entre 45 y 54 años (0,8%) son el colectivo con mayor probabilidad de ascenso profesional.

Los resultados por comunidades autónomas revelan la existencia de una ligera relación positiva entre ocupación y probabilidad de ascenso profesional entre los empleados más estables.

Así, Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana presentan tasas de crecimiento de la ocupación y de probabilidad de ascenso entre los trabajadores indefinidos por encima de la media nacional. A la inversa, la mayoría de las comunidades autónomas donde la ocupación ha crecido por debajo de la media también presentan datos de ascenso profesional relativamente bajos.

Respecto a la probabilidad de ascenso entre los trabajadores temporales, Cantabria, Castilla y León y La Rioja presentan los valores más elevados en esta dimensión mientras que Canarias, Andalucía y Murcia presentan los más bajos.

El presidente de Asempleo, Andreu Cruañas, destacó que en un entorno “incierto” como el actual, la probabilidad de ascenso profesional para los trabajadores en contratos temporales “se ha resentido respecto a los valores del año pasado”, y “aunque para los indefinidos esta probabilidad de acceder a ocupaciones que requieren niveles de formación más altos ha seguido mejorando, seguimos en registros muy inferiores a los previos a la crisis”. Con ello, Cruañas concluyó que se juntan las “tareas pendientes estructurales con las preocupaciones coyunturales”.

A su juicio, la empleabilidad de los contratos temporales, sobre todo en momentos tempranos de la carrera profesional, “es clave para dar solución a las necesidades de flexibilidad de las empresas y atender a los procesos cada vez más cambiantes del mercado de trabajo”.