Su mejora la atribuyó a la expansión del negocio, junto a la reducción de los riesgos dudosos y de los activos adjudicados, y la moderación en los gastos de explotación.

El volumen total de negocio gestionado creció un 3,6% y ascendió a 77.168 millones; fruto de una progresión del 8,7% en los recursos minoristas en balance, del 3,7% en los activos gestionados fuera de balance y del 1,4% en el negocio crediticio.

Por negocios o nichos de actividad, Cajarmar subrayó el empuje del 13% en las cuentas a la vista y que el 44,1 % del crédito concedido lo dirigió a empresas y sector agroalimentario. La marcha de la actividad le permitió elevar su cuota en el mercado de la financiación al 2,89% y al 2,27% en depósitos.

La expansión en el crédito y los menores costes financieros se tradujeron en un aumento del 1,3% en el margen de intereses pese al escenario de tipos de interés.

El margen bruto subió a su vez un 29% favorecido además por los resultados de operaciones financieras y un incremento del 11,4% en el resultado de sociedades operadas con alianzas estratégicas.

Por su parte, el margen de explotación se disparó un 67,6% gracias a una moderación en los gastos de explotación que permitió bajar el ratio de eficiencia al 46,7% -mejoró en 12,29 puntos porcentuales-.

En lo que respecta a la calidad del balance, su ratio de morosidad disminuyó en 1,61 puntos y se situó en el 6,63%. Su mejora se apoya en una reducción del 19,7% en el saldo de los riesgos dudosos y del 7,1% en la exposición en activos adjudicados. El capital de máxima calidad CET1 fully loaded se situó en el 12,41%.