Para mantener esa seguridad en sí mismo, Sánchez acudirá a la Academia arropado por su núcleo duro, entre los que están su jefe de Gabinete, Iván Redondo; el número tres del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos; así como Santos Cerdán, responsable de la coordinación territorial del partido; y Maritcha Ruíz, directora de Comunicación del PSOE.

Desde ese entorno trasladan que Sánchez está tranquilo y afronta el debate habiéndoselo preparado durante días, aunque de manera más intensa ayer domingo y esta mañana, ya que despejó la agenda de actos electorales.

El PSOE, según dichas fuentes, sabe que ahora está haciendo lo más conveniente para España y, fruto de esa certeza, el presidente en funciones trasmite la calma necesaria para dirigir un Gobierno.

Así, fuentes socialistas sostienen que el líder del PSOE prepara la cita televisiva como un “todos contra Sánchez”, mientras que el candidato socialista “retratará el bloqueo de todos y se centrará en vender su programa de que “España necesita un Gobierno fuerte, progresista y unido”.

De hecho, desde su círculo cuentan que Sánchez se mostrará como un presidente “experimentado, firme, sereno, que sabe gestionar, con marcado carácter social y con prestigio internacional que puede liderar un Gobierno fuerte para España, frente a los desafíos que tenemos por delante”.

Sánchez acude además al debate a cinco algo escéptico del impacto que pueda tener en el electorado, aunque le concede importancia, lo prepara bien e incluso llevará alguna sorpresa.

Expondrá que es el “único que tiene un proyecto para España, las ideas y los equipos para implementarlo” y lo enfrentará a que “el resto de candidatos sólo tienen un proyecto para esta semana: frenar al PSOE”.

También intentará conseguir el voto de los más de dos millones de indecisos, tal y como reflejan los sondeos propios, CIS y publicados en medios. Fuentes socialistas aseguran que están a “un paso de lograr” el respaldo de los indecisos, necesario para “hacer posible un Gobierno fuerte para España”.