Así lo transmitieron a Servimedia fuentes populares ante el debate en el que confrontarán ideas y programa Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y, por primera vez en este formato, Santiago Abascal (Vox).

El líder del PP mantuvo su agenda de campaña hasta este mismo domingo, en el que dio un mitin en Madrid y fue especialmente duro con Sánchez a cuenta de Cataluña. Es más, avanzó que en el debate exigirá al secretario general del PSOE que explique por qué no aplica la Ley de Seguridad Nacional o no manda al presidente catalán, Quim Torra, el requerimiento para que acate la legalidad y la Constitución –el paso previo para aplicar el artículo 155−.

Desde la base de que el candidato socialista es su verdadero oponente, Casado también preguntará a Sánchez por qué no rompe con los independentistas en la Diputación de Barcelona y en 40 ayuntamientos de Cataluña y le urgirá a que inste a la Fiscalía General del Estado para actuar contra los violentos. Para el líder de PP, estas son “cuestiones urgentes” a las que el presidente en funciones ha de dar una respuesta clara en el debate.

Casado también aludió en el mitin de ayer a que otros candidatos como Sánchez, Rivera y Abascal despejaron ya su agenda con la vista puesta en el encuentro del lunes: “Dicen que están preparando el debate los demás, pero yo creo que no. Es que hacía mucho viento y Sánchez no podía volar ni en jet ni en helicóptero”, ironizó sobre los viajes del líder socialista.

Tras este acto y una comida familiar, el candidato del PP se centró en preparar el debate con su equipo durante la tarde del domingo y seguirá haciéndolo este lunes, con el secretario general y director de la campaña, Teodoro García Egea, al frente. En la cúpula de Génova guardan con celo el detalle de la estrategia para no dar pistas a sus oponentes.

No obstante, según las fuentes consultadas por Servimedia, Casado hará ver cómo le queda “el traje presidencial” y que quienes desean sacar a Sánchez de La Moncloa tienen en el PP su opción. Es decir, volverá a alertar del riesgo de dividir el voto en otros partidos como Cs y Vox y se reivindicará como el líder de “un partido de gobierno para todos”.

Las citadas fuentes populares sí anticipan que Casado se mantendrá “muy firme” y será “duro” con el presidente del Gobierno en funciones por su “inacción” en Cataluña. Se presentará, por ende, como el único líder político que puede “poner orden” en Cataluña y devolver la “concordia” a esta comunidad autónoma.

Además, Casado sacará pecho en materia económica por “la gestión acreditada” del PP. “Los datos son nuestra mejor arma: no hay ningún indicador bueno” en economía con el Gobierno socialista, aducen desde Génova. Es más, Casado ya se ha dirigido en estos primeros días de campaña a los socialistas desencantados que están preocupados por llegar a fin de mes.

En el PP siguen lamentando que Sánchez impusiera la fecha del 4 de noviembre para el debate y consideran que obedece a que no quería afrontar en ‘prime time’ los datos del paro que se conocerán el día 5. Así hace “trampas” Sánchez, arguyen las mencionadas fuentes, que inciden en que el PSOE “no ha hecho nada para revertir los signos de desaceleración económica”. Además, en Génova siguen denunciando que Sánchez rehuyese un cara a cara con Casado cuando “no existe otra alternativa de Gobierno” en España tras el 10-N.

Este debate es “decisivo”, según la apreciación de distintos cargos que han conversado con esta agencia. Explican que “probablemente es el acto más importante” de la campaña porque los mítines ya no congregan a las multitudes de antaño y en realidad “convencen a los ya convencidos”. Los indecisos, analizan, ven en el ‘prime time’ y en el cuerpo a cuerpo la ocasión para dejarse encandilar por una u otra opción, a pesar de que “ser cinco puede difuminar el mensaje”.

Desde la dirección del PP transmiten a Servimedia que están “a tope”, sobre todo por las sensaciones que les transimten en la calle y por encuestas que aúpan al PP incluso a los 100 escaños. Los cargos del partido no esconden ya su optimismo ante la cita con las urnas, aunque los más prudentes advierten del riesgo de mostrar “triunfalismo” y alimentar unas expectativas que pudieran conducir a la decepción si no se logran el 10-N.