Transición ecológica

El Gobierno pone al día el plan nacional sobre contaminación química

- Incluye seis nuevos contaminantes orgánicos persistentes

MADRID
SERVIMEDIA

El Consejo de Ministros acordó este viernes actualizar el Plan Nacional de Aplicación del Convenio de Estocolmo y del Reglamento sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), con lo que puso al día la regulación nacional sobre la contaminación química.

Los COP son sustancias químicas altamente tóxicas, muy persistentes, bioacumulables y que pueden ser transportadas a largas distancias. La combinación de esas cuatro características hace que esos contaminantes puedan producir efectos negativos a niveles muy bajos, lo que les convierte en los más peligrosos de todos los productos químicos artificiales y representan un problema a escala global.

La actualización aprobada este viernes, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, supone incluir seis nuevos contaminantes al plan nacional, por lo que ya quedan incluidos todos los COP incorporados al Convenio o al Reglamento hasta mayo de 2017. El plan se remitirá ahora a la Comisión Europea y la Secretaría del Convenio de Estocolmo.

Esos seis nuevos COP recogidos en el Convenio son el hexabromociclododecano (HBCD), el hexaclorobutadieno (HCBD), el pentaclorofenol y sus sales y ésteres (PCP), los naftalenos policlorados (PCN) y el decabromodifenil éter y parafinas cloradas de cadena corta (PCCC), todos ellos de producción intencional, aunque el HCBD y el PCN se pueden generar también de manera no intencional.

La capacidad de producción química mundial, sin incluir los productos farmacéuticos, se cifra en 2.300 millones de toneladas en 2017 y se calcula que esta cantidad se duplicará para 2030. A pesar de las medidas adoptadas para maximizar los beneficios y minimizar los impactos, las sustancias químicas sintéticas siguen liberándose al medio ambiente en cantidades considerables, por lo que están presentes en aire, agua, suelo, alimentos, artículos, productos y residuos y, también, en los seres humanos.

1,6 MILLONES DE MUERTES

Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculan que la contaminación química se cobró la vida de 1,6 millones de personas en 2016. Es una de las principales responsables de la pérdida de biodiversidad, produce alteración de los ecosistemas y amenaza una amplia gama de servicios de los ecosistemas, como la disminución del número de polinizadores o la presión negativa sobre los arrecifes de coral.

El Convenio de Estocolmo sobre COP, negociado en el marco del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), entró en vigor en 2004 y a día de hoy está ratificado por 183 países, entre ellos España, donde entró en vigor el 26 de agosto de 2004. Este instrumento internacional pretende proteger la salud humana y el medio ambiente frente a estos contaminantes, para lo cual establece medidas a lo largo de todo su ciclo de vida para lograr su eliminación o, cuando esto no sea posible, su minimización.

La mayoría de los COP son compuestos químicos artificiales que han sido producidos intencionalmente por tener propiedades muy eficaces para determinados usos, como plaguicidas en agricultura, o en usos industriales muy diversos por su eficacia como aislantes o como retardantes de llama para equipos eléctricos, polímeros y fibras, tratamientos de superficie, etc.

Para estos contaminantes producidos intencionalmente, el Convenio prescribe la prohibición de su producción, uso y comercialización, y la eliminación segura de las existencias y residuos que los contengan. Por tanto, esos COP han sido eliminados y sustituidos por sustancias alternativas que puedan cumplir su funcionalidad y sean menos o nada peligrosas o por alternativas no químicas.

Otro grupo de COP se forman y se liberan de manera no intencional a partir de procesos térmicos que comprenden materia orgánica y cloro, como resultado de combustión incompleta o de reacciones químicas. Un ejemplo de estos COP no intencionales son las dioxinas. Para estos casos, el Convenio prescribe la reducción de estas emisiones no intencionales mediante el uso de las mejores técnicas disponibles, manteniendo como objetivo último su eliminación.

A las 12 sustancias inicialmente recogidas en el Convenio, denominadas 'la docena sucia', se han ido incorporando gradualmente otras que han acreditado tener características COP. Actualmente son 28, algunas de las cuales son familias de hasta cientos de especies químicas que han sido utilizadas en sectores muy diversos.

(SERVIMEDIA)
31 Oct 2019
MGR/mjg