Este nuevo supercomputador mejorará el manejo de grandes datos, el uso de algoritmos complejos, el procesamiento de alto rendimiento y simulaciones de alta fidelidad.

De momento, se centra principalmente en el sector energético, pero también puede beneficiar a otros segmentos que demandan una alta capacidad de procesamiento, como la biotecnología, además de permitir aplicaciones en inteligencia artificial.

La inversión en la supercomputadora ha sido de unos 6 millones de euros (unos 5,4 millones de euros), resultado de una asociación entre Repsol Sinopec y el Centro de Supercomputación de Innovación Industrial (CS2I) del Senai Cimatec.

La capacidad de procesamiento de 800 teraflops equivale a unos 5.000 ordenadores personales. Esta comparación es solo didáctica, ya que incluso con los computadores convencionales trabajando juntos, sería imposible alcanzar esta capacidad.

Este nuevo supercomputador se suma a otros proyectos de innovación tecnológica en los que Repsol participa. Así, desde 2007 la compañía colabora en España con el Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), que el pasado mes de junio ganó la adjudicación de uno de los superordenadores pre-exascala que estarán operativos en la Unión Europea a partir de 2021.

La capacidad de cómputo que brinda la supercomputación de los equipos del BSC ha permitido a Repsol obtener imágenes de alta resolución y ver el subsuelo en zonas donde antes no se podía.