Así lo planteó en una entrevista en TVE recogida por Servimedia en la que respondió “creo que sí” cuando se le preguntó directamente si piensa que, a diferencia de en las negociaciones de julio y septiembre, el PSOE aceptará un Gobierno de coalición después de las elecciones de noviembre.

“Las cosas no suceden a la primera”, apuntó, argumentando: “Pedro Sánchez va a preferir al PP, que Pablo Casado le apoye, pero sospecho que eso no va a ocurrir”. Y añadió: “Si estamos fuertes, el PSOE no se va a gobernar con el PP porque sería la última vez que el PSOE gobernaría en España”. Luego abundó: “Será muy difícil que el PSOE se entregue al PP porque, si el PSOE intenta gobernar con el PP, no vuelve a gobernar nunca más en España”.

Iglesias alegó que el voto útil de izquierda es a Unidas Podemos señalando que “no hay mayor inutilidad en un voto de izquierda que entregar el gobierno a una coalición del PP con el PSOE”, y razonó que Sánchez no gobernará con ellos por gusto, sino “porque no le quede más remedio que ponerse de acuerdo con nosotros”. Eso sí, llegó a barruntar que le será “mucho más fácil” negociar con Más País, de Íñigo Errejón, que con el PSOE.

El líder de Podemos sostuvo, una vez más, que la oferta de Gobierno de coalición que les hizo el PSOE en julio “fue mentira”, resultado de que, tras su renuncia personal, los socialistas “se vieron con el marco perdido y tuvieron que gesticular”, y que “si hubiéramos dicho que sí se habrían buscado una excusa en el último momento”. “Si hubiera sido una oferta sincera nos habrían dicho que sí a las políticas activas de empleo o habrían negociado en agosto”, razonó, interpretando que el PSOE siempre quiso la repetición electoral.

De cara a la campaña, Iglesias volvió a denunciar que “es una vergüenza que el presidente del Gobierno decida cuántos debates se hacen” y, “como él no debate bien”, sólo se vaya a celebrar uno. Podemos y Ciudadanos reclamaban al menos dos, pero fuentes de este último partido consultadas por Servimedia reconocieron que, pese a sus iniciales deseos compartidos, no hay conversaciones entre ambos para tratar de forzar un segundo debate televisado.