En un acto en Barcelona con comerciantes perjudiciados por los incidentes violentos de los últimos días, Rivera insistió en que las administraciones deben cobrar todo el dinero "de los cafres y de los violentos" porque "no se le puede perdonar ni un céntimo a quien genera violencia, a quien destroza comercios y a quienes intentan separarnos y levantar fronteras con fuego, con adoquines y con agresiones".

Se trata, dijo, de que "la fiesta" no la paguen los ciudadanos que cumplen la ley sino quienes han generado esa violencia, también para enviar un mensaje esencial a la sociedad: "quien la hace, la paga".

Alertó, además, de que quienes han aletando esa violencia y han "aplaudido" a quienes la perpetran "también son corresponsables de lo que ha ocurrido", incluido el lucro cesante de esos comerciantes, cuantificado en unos veinte millones de euros cada día de incidentes, lo cual puede "destrozar el mes y el año" a muchos pequeños comercios.

Rivera alertó de que el Parlamento de Cataluña está a punto de situarse de nuevo "en la desobediencia" si se admite a trámite y se vota la propuesta de resolución presentada por los independentistas. Explicó que Ciudadanos pedirá su inadmisión porque "los parlamentos no enmiendan a los jueces", sino que acatan las sentencias y legislan.

"El camino de la desobediencia es delito", dijo Rivera, y después de la sentencia del Tribunal Supremo "ya sabemos cómo acaba". Ahora lo necesario, en su opinión, es "apostarlo todo a la convivencia", y eso pasa por cesar a Torra y poner al frente de la Generalitat de Cataluña a un presidente "que respete a todos".

Abogó así por aplicar el artículo 155 de la Constitución para cesar a Torra "por llamar a la violencia", por "cortar carreteras" y por querer "abrir las cárceles antes de tiempo" para que salgan los condenados. Torra, concluyó, no es una garantía de convivencia, sino "un obstáculo".