Franco
Los benedictinos se llevaron este domingo la comunión de la Basílica del Valle de los Caídos a un lugar más seguro
- La Guardia Civil cierra con una cadena una puerta habitualmente usada por los frailes para impedir que vuelvan a entrar
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Los frailes benedictinos accedieron este domingo al interior de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que custodia desde hace días la Guardia Civil a la espera de la exhumación de los restos de Franco, para llevarse las formas consagradas que se guardaban en su interior a modo de “reserva”.
Así lo aseguraron a Servimedia fuentes cercanas a la Abadía de la Santa Cruz, que precisaron que esa acción tuvo lugar “en la tarde noche” de este domingo, cuando “ocho frailes bajaron a la Basílica a reservar el Santísimo”. Con ello, los religiosos trasladaron las formas consagradas que se encontraban en el tabernáculo, algo que la Iglesia considera “lo más sagrado”.
“La presencia de Jesucristo en la Eucaristía es lo más sagrado que tiene la Iglesia por eso se encuentra en ese espacio llamado 'sagrario', porque es lo más sagrado”, explicaron fuentes eclesiales a Servimedia.
Para ello, los religiosos contaron con el beneplácito de la Guardia Civil que posteriormente les comunicó “que no podían volver a acceder” al templo. Para asegurarse de que no entraban de nuevo se colocó “una cadena en la puerta que da a la galería que emplean a diario los monjes benedictinos y los alumnos de la Escolanía para acceder a la iglesia”, dijeron desde el entorno de la abadía.
Que los frailes hayan evitado la presencia de la comunión durante los trabajos para la exhumación de los restos del dictador, enterrado junto al altar mayor en la citada basílica, responde a la importancia que la Iglesia católica concede a las formas consagradas.
“Desde muy pronto, en la historia de la Iglesia se ha reservado un lugar especial para conservar las formas consagradas, sobre todo para poder llevarlas a los enfermos que no podían asistir a la Eucaristía. Ya San Agustín dice que 'no se comulga lo que antes no se adora', o sea también para la adoración”, agregó el referido experto eclesial.
“Cuando en un templo que está consagrado precisamente para la presencia de Dios va a tener lugar algo que no es propio de ese espacio, se reserva, es decir se lleva la Eucaristía a un lugar apropiado”, añadió, entendiendo que esto se produce “porque van a entrar las máquinas para proceder a la exhumación” de Franco.
Estas medidas de “protección” de lo más sagrado para los católicos suele producirse en casos “muy excepcionales”, como cuando se acometen reformas en las iglesias, por ejemplo.
Para que vuelva a llevarse el Santísimo al mismo sagrario no es necesario hacer un rito especial, concluyeron las mismas fuentes: “Con ello no queda desacralizado el templo, cuando hay que hacer un rito especial es cuando se profana el sagrario, la Eucaristía. Entonces es cuando se realiza un rito de desagravio, que preside el obispo, son cosas distintas”.
La Abadía de la Santa Cruz, donde residen los frailes, en la parte posterior de la basílica, cuenta con una capilla en la que habitualmente también realizan oficios religiosos.
(SERVIMEDIA)
21 Oct 2019
AHP/PAI/mjg