Los datos fueron publicados este jueves por la entidad con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, y apuntan a que el 92% de la población gitana está en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa Arope). El estudio, que ha sido coordinado por la catedrática Sara de la Rica, de la Universidad del País Vasco, señala que prácticamente la mitad de este colectivo es “extremadamente pobre”.

Es especialmente grave la situación de los niños y niñas, ya que la pobreza infantil afecta a nueve de cada diez menores gitanos, mientras que un 51,8% está en situación de extrema de pobreza. Desde la Fundación exigieron “políticas sociales” que “deben servir para proteger a las personas más vulnerables frente a las situaciones de mayor riesgo social”.

En este sentido, el Secretariado Gitano demandó “una mayor y mejor cobertura de los sistemas de rentas mínimas” e incrementar la prestación por hijo o hija a cargo, que actualmente se encuentra en 341 euros anuales para familias pobres y 588 para aquellas que están en pobreza severa, lo que deja una ayuda de entre 28,5 y 49 euros al mes.

Asimismo, la entidad instó a desarrollar “medidas específicas para erradicar la alta incidencia de la pobreza extrema y la pobreza infantil en la población gitana”, así como un sistema de protección social “sólido y equitativo que mejore la garantía de ingresos en los hogares y aumente su nivel de renta”.

Por último, reclamó que estas medidas se apliquen “tanto en el ámbito estatal, como autonómico o local”, ya que “son imprescindibles y deben servir prioritariamente para compensar las desigualdades de determinados grupos, como la población gitana, en los que la incidencia y la intensidad de la pobreza es más grave y persistente”.