Su referencia se sitúa, aun así, ligeramente por encima del 2,1% al que el Gobierno ha fijado precisamente hoy su previsión para cierre del actual ejercicio y ambos coinciden en el desempeño del 1,8% para el próximo año.

El FMI ha enfriado las expectativas para la economía global y alerta de una “sincronizada desaceleración” que llevará a cerrar 2019 con una expansión del 3%, el ritmo “más lento desde la crisis financiera mundial” y dos décimas inferior a su última previsión.

Se trata para el organismo de un “serio descenso” frente al 3,8% registrado en 2017, “cuando el mundo estaba en una fase de expansión sincronizada”. A su entender, el frenazo es consecuencia del aumento de las incertidumbres geopolíticas y sobre las barreras en el comercio mundial, de factores idiosincrásicos que causan tensión en mercados emergentes; y factores estructurales, “como el bajo crecimiento de la productividad y el envejecimiento demográfico en las economías avanzadas”.

De forma específica alerta de que las incertidumbres prolongadas y tensiones comerciales “han abolido la inversión y demanda de bienes de capital” y que la industria del automóvil se está contrayendo también debido a choques idiosincráticos como las normas de emisión en la zona euro.

Su efecto es que el volumen de comercio apenas aportó un 1% al crecimiento en la primera mitad de 2019, “el nivel más débil desde el 2012”, mientras que el sector servicios mantiene la fortaleza en la mayor parte del mundo permitiendo “mercados laborales boyantes y un crecimiento salarial saludable en las economías más avanzadas”, aunque avisa sobre un potencial debilitamiento futuro.

Aun así, los analistas del FMI confían que el crecimiento mundial toque suelo en 2019 y mejore “modestamente” en el 2020 a un 3,4%, si bien continuaría siendo una décima inferior a los cálculos efectuados en el informe de julio pasado.

Por geografías, espera que las economías desarrolladas crezcan un 1,7% en el bienio, la misma tasa prevista en julio para el 2020 pero inferior al 1,9% que había estimado para 2019.

El pronóstico para los mercados emergentes lo rebaja en dos décimas para este año, hasta el 3,9%, y en una para el siguiente ejercicio, hasta el 4,6%. El organismo espera que la mejora en 2020 venga impulsada por recuperaciones o recesiones menos profundas en mercados estresados como Turquía, Argentina e Irán, y la recuperación en países donde su crecimiento se desaceleró de forma acusada este año como Brasil, México, India, Rusia y Arabia Saudita.

SIN LA POLITICA MONETARIA CRECERÍA MENOS

El FMI llama la atención en cualquier caso de que el “moderado” crecimiento del 3% global tiene lugar en un momento en que la política monetaria se ha activado para reducir los riesgos a la baja para el crecimiento.

Sin dichos estímulos, advierte de que el crecimiento global sería menor en 0,5 puntos porcentuales tanto en 2019 como en 2020, ya que ha permitido compensar en buena parte las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, cuyo impacto cifra en una cuantía equivalente al 0,8% del PIB.

El FMI alerta en este campo de que los bancos centrales están teniendo que “gastar municiones limitadas” para compensar “errores de política” que podrían interesar reservar para momentos más duros en el crecimiento económico.

De manera específica y ya circunscribiendo su análisis a la zona euro avisa de que el crecimiento adolece por la debilidad de las exportaciones, mientras continúa la incertidumbre relacionada con el Brexit. Para 2019 estima un crecimiento del 1,2% en la zona euro, una décima inferior a su estimación de julio; y baja en otras dos décimas la estimación para 2020, hasta el 1,4%.

Los mayores ajustes los aplica en Alemania donde espera un crecimiento del 0,5% para este año (-0,2 sobre su estimación de julio) y del 1,2% para 2020 (-0,5%) y en Italia, con una estimación de PIB del 0% este año (-0,1) y del 0,5% para el siguiente (-0,3%).

En Reino Unido, y pese al Brexit, solo corrige en una décima a la baja la estimación para 2019, cuando espera un avance del 1,2% para subirlo al 1,4% el próximo ejercicio. Sus cálculos asumen una salida ordenada de la Unión Europea con un régimen transitorio hacia el nuevo régimen.

Entre los mayores ajustes a escala mundial incluye economías avanzadas en Asia, incluido Hong Kong, Corea y Singapur por, sobre todo, su exposición a la desaceleración crecimiento en China y efectos indirectos del comercio de esta economía con Estados Unidos.