“Les toca jugar a otros, al menos en España. Nosotros no estamos”, zanjó al ser cuestionado sobre el apetito por protagonizar operaciones durante el ‘X Encuentro del sector financiero’ organizado por Expansión, con la colaboración de KPMG, Microsoft y American Express.

A escala más global mostró escepticismo al existir una regulación ‘cross border’ “que las hace difíciles” y el hecho de que la normativa también penalice con mayores recargos de capital a las entidades consideradas muy grandes para caer. “Es desincentivador”, lamentó.

Durante su intervención, Álvarez afirmó que el Santander se encuentra en una mejor posición que los competidores nacionales para encarar la desaceleración económica y los riesgos internacionales dada la diversificación del negocio y operar en regiones como América donde el grupo está creciendo a doble dígito y logrando retornos sobre el capital del 20-21%.

Al respecto subrayó que Brasil, una de los principales mercados para el Santander y de los que más contribuye a los resultados, va a ser “de los pocos países del mundo” que en el año 2020 crecerá más que durante 2019 y donde el banco ya logró superar la crisis que sufrió el país en el bienio 2015-16 con crecimientos anuales de doble dígito.

Álvarez reconoció, no obstante, que en Europa es “más difícil de gestionar” la situación con el frenazo y los tipos de interés hundidos al cero por ciento y tasas negativas para la banca. “Tienes menos palancas para gestionar”, admitió, aconsejando en este escenario gestionar mejor los costes y utilizar otras palancas como son la productividad y los ingresos.

El consejero delegado del Santander lamentó que la banca sufre una “especie de cargo contra la cuenta de resultados” en Europa porque la regulación le obliga a tener grandes huchas de liquidez y el BCE cobra un 0,5% por el exceso de recursos que dejan en su ventanilla.

Álvarez admitió que la política acomodaticia del BCE y sus programas de compra de deuda han sido “relativamente positivo” para la economía en los últimos años. “Muy poca gente discutirá que ha sido muy positivo”, convino, pero alertó de que al BCE ya no le queda margen para actuar o el que le resta es “muy poco” como lo atestigua que el propio organismo haya efectuado un “llamamiento” a que recoja el testigo la política fiscal y se acometan reformas.

“Está claro que hay un reconocimiento de que la situación de tipos de interés va a permanecer durante un tiempo, pero también de que la política monetaria ha llegado o está llegando a sus límites”, reflexionó, subrayando que los tipos negativos y la desaceleración “no son buenas noticias para el sector financiero”.

SE HAN GANADO CLIENTES PYMES

Preguntado por la operación del Popular, Álvarez afirmó que el objetivo de no perder clientes que se fijó como prioridad con la adquisición “se ha conseguido bien”. En pymes, donde indicó que el Popular era una franquicia “muy reconocida”, afirmó que “se han ganado cliente”, mientras que se han mantenido en el nicho de particulares y sí admitió reducción en los institucionales o corporativos, aunque restó importancia al enmarcarlo dentro de lo esperable

Álvarez explicó que en el mundo de institucionales y corporativos (grandes empresas) “siempre hay reducciones” en la cartera cuando se producen fusiones “por rentabilidad o por concentración de riesgos”. Aseguró que sus efectos cuantitativos en negocio han sido de “grandes calados”, pero “en términos de cuenta de resultados muy poco materiales”.

El consejero delegado del Santander no quiso pronunciarse sobre las declaraciones de los antiguos responsables del Popular que han tenido lugar durante el proceso judicial en la Audiencia Nacional, excusando que el equipo está “centrado” en la actividad de la entidad. Sin embargo, defendió que “más allá de los ruidos más o menos judiciales o los litigios”, es una “gran noticia” que se lograse resolver el sexto o séptimo banco del sistema financiero sin “ningún elemento de inestabilidad”.