Así consta en este documento de poco más de tres folios, recogido por Servimedia, en el que desglosa “seis compromisos” para la formación de un “gobierno progresista liderado por el PSOE” después del 10-N y en el que también enumera seis medidas que quiere aprobar en sus primer semestre de mandato y otras 14 para el primer año.

Con el objetivo de facilitar y acelerar la formación de un gobierno, tras la experiencia de la investidura fallida del pasado mes de julio por fuertes desacuerdos con Unidad Podemos, Sánchez asegura ahora que está dispuesto a mantener conversaciones “con todos los partidos para desbloquear España”.

En este sentido, anuncia que “en el plazo de 48 horas” tras el resultado de las urnas presentará “una propuesta a cada fuerza con el objetivo de formar en el plazo de un mes un gobierno progresista, unido y coherente en los grandes temas nacionales y que no dependa de los votos independentistas”.

Entre sus propuestas estarán alcanzar un “acuerdo de defensa de la democracia española, de la Constitución y de la integridad territorial para asegurar una respuesta unitaria frente a cualquier tentativa unilateral de ruptura del orden constitucional”, un “acuerdo por un nuevo Pacto de Toledo, que garantice, mediante su blindaje en la Constitución, la sostenibilidad y suficiencia del sistema público de pensiones, actualizándolas conforme al IPC real y aumentando la cuantía de las pensiones mínimas y no contributivas”, y un “acuerdo de financiación autonómica y local, y de lucha contra la despoblación, que permita una financiación adecuada de todos los servicios públicos que prestan las comunidades autónomas y las entidades locales”.

CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN

Pero la propuesta más llamativa, adelantada por Sánchez en las últimas semanas, pasa por un “pacto contra el bloqueo” que garantice la investidura y evite la repetición de elecciones generales para el futuro. Eso implica una reforma del artículo 99 de la Constitución que regula el procedimiento de la investidura, con la idea de implantar un modelo “similar al ya vigente en el País Vasco o Asturias”.

“Contemplará que gobierne en primera instancia -como ya sucede en la actualidad- el candidato que obtenga la mayoría de apoyos parlamentarios y, de no lograr ningún candidato dicha mayoría y solo en ese caso, sería investido el candidato de la fuerza más votada”, sostiene el plan de Pedro Sánchez.

Dado que la constitución de las nuevas Cortes Generales que salgan de las elecciones generales están previstas para el 3 de diciembre, Sánchez quiere “convocar y celebrar una sesión de investidura en la segunda quincena del mes de diciembre” para que el nuevo Gobierno esté conformado “antes de concluir el año”.

Si fuera necesario, adelanta su intención de “cancelar la tradicional suspensión navideña del periodo de sesiones del Congreso de los Diputados” para acelerar las gestiones y la acción del nuevo Ejecutivo, que en la segunda quincena del mes de enero aprobaría un techo de gasto para el año 2020 y presentaría su proyecto de Presupuestos Generales “durante el primer trimestre de 20202.