118 AÑOS DE CARCEL PARA LOS ETARRAS QUE ATENTARON CONTRA LA CASA CUARTEL DE LLODIO
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La Audiencia Nacional ha condenado a 118 años de prisión a Juan Caros Arruti Azpitarte, "Paterra", y José Angel Viguri Camino, miembro y colaborador respectivamente del "comando Araba" de ETA, como autores del atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Llodio (Alava), en marzo de 1988.
En otra sentencia, el tribunal ha condenado a José Ramón Martínez de la Fuente Intxaurregui, miembro del "comando Nafarroa", a 12 años y 9 meses de cárcel por colocar cuatro explosivos en la Universidad de Navarra, en junio de 1981, aunque le absuelve de participar en el atntado contra un guardia civil en Pamplona en abril de ese mismo año.
Una de las sentencias hechas públicas hoy considera probado que "Paterra", junto con otros tres miembros del "comando Araba", preparó la acción contra el cuartel de Llodio, para lo que contaron con la colaboración de Viguri, que les acogió en el caserío de Menagaray, antes y después del atentado.
Según el texto, a primeras horas del 14 de marzo de 1988 Viguri trasladó a "Paterra" desde el caserío hasta un lugar denominado Santa ucía, donde el etarra quedó con el material preciso para preparar el coche-bomba que pensaban lanzar contra el edificio policial.
Esa misma mañana, el procesado condujo hasta Llodio a los otros tres miembros del "comando", que se dirigieron a una empresa de transportes y concertaron una cita con uno de los conductores para "trasladar unos muebles".
Los etarras llevaron al transportista y a su hijo hasta el barrio de Santa Lucía, donde, a punta de pistola, les obligaron a bajar del vehículo, les itrodujeron en un cobertizo de una caseta forestal abandonada y les dejaron encadenados hasta la madrugada del día siguiente, en que fueron liberados por la Guardia Civil.
Por la noche, los terroristas sustrajeron también a punta de pistola un taxi, cuyo propietario fue también abandonado atado a un árbol en el barrio de Santa Lucía, desde donde pudo escuchar una explosión que se produjo un cuarto de hora más tarde.
El atentado fue cometido alrededor de las 21,55 horas, después de que "Paterra" motara unos tubos lanzadores de granada instalados sobre la plataforma de la furgoneta robada.
Los terroristas arrojaron un total de 10 granadas, de las que sólo explotaron 3, mientras que 2 se desintegraron y las otras 5 fueron recuperadas y desactivadas por la Guardia Civil.
Como consecuencia de la explosión, dos guardias civiles resultaron heridos de consideración y en el cuartel se produjeron daños materiales valorados en más de 13 millones de pesetas.
Los dos procesados son considerados atores de delitos de atentado, asesinato en grado de frustración y estragos, por los que se les condena a 51 años de cárcel a cada uno, pena que aumenta en el caso de "Paterra", al que se le imputan además delitos de robo con violencia e intimidación y toma de rehenes, utilización ilegítima de vehículo ajeno y detención ilegal.
ATENTADO EN LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
Por otra parte, la Audiencia Nacional ha dictado sentencia condenatoria de 12 años y 9 meses de prisión contra José Manuel Martínez de laFuente Intxaurregui, autor de un delito de estragos y varios de lesiones, por su participación en un atentado cometido en junio de 1981 en la Universidad de Navarra, en Pamplona.
Sin embargo, el tribunal le absuelve del intento de asesinato, unos meses antes en Pamplona, del guardia civil Teodoro Jaca Moya, a quien los médicos tuvieron que amputar una pierna después de que explotara una carga de 2 kilos de goma-2 colocada en la parte delantera de su vehículo.
El tribunal estima que no ha quedado robada la participación de Intxaurregui en este acto, atribuido al "comando Nafarroa", al que pertenecía el procesado.
Por contra, la sentencia recoge que Intxaurregui fue uno de los tres miembros del citado "comando" que entraron en el edificio central de la Universidad de Navarra el 24 de junio de 1981 y colocaron cuatro cargas explosivas en la sala de calderas, sala de máquinas del proceso de datos, servicios y pasillos.
Los etarras dejaron también un quinto artefacto programado para explotar uando el equipo desactivador de la Policía acudiera a la llamada de aviso. El atentado fue cometido sin dar tiempo a desalojar el edificio.
Todos los artefactos explotaron e hirieron a cinco personas, causando además daños en el edificio por valor de 10.898.258 pesetas.
(SERVIMEDIA)
11 Dic 1991
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