“Los supervisores deben prestar muchísima atención a esto”, avisó durante un encuentro organizado con motivo del ‘Día de la Educación Financiera’ que promueven el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y que en esta edición se ha volcado de forma particular en el desafío y oportunidades que ofrecen los avances tecnológicos.

Hernández de Cos coincidió con la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, en las amenazas de que ocasionen asimismo “una nueva forma de exclusión social” para los colectivos menos familiarizados con ellas y sobre riesgos potenciales de ciberseguridad y protección de datos.

No obstante, rompió una lanza en su favor por las oportunidades y ventajas que aportan al sistema al “proporcionar mayor facilidad, mayor acceso de los ciudadanos para proveerse de servicios financieros”, conviniendo que también puede ayudar a la inclusión financiera en términos generales, salvo para colectivos nada familiarizados con ellas.

Hernández de Cos efectuó su diagnóstico en una mesa redonda junto a la ministra de Economía y Empresa en funciones, Nadia Calviño, y la vicepresidenta de la CNMV, Ana María Martínez-Pina, donde fueron entrevistados por dos estudiantes de bachillerato.

Al ser cuestionado por la opinión del supervisor sobre la irrupción en la actividad financiera de agentes nuevos, el gobernador del Banco de España defendió que la desintermediación “no es mala” y “que haya mayor competencia es bueno”.

Sin embargo, abogó por que “las mismas actividades asociadas a los mismos riesgos tengan la misma regulación” para evitar la asimetría regulatoria.

En la inauguración de las jornadas, la subgobernadora, Margarita Delgado, refirió que la tecnología es una “realidad imparable” para la que todos, consumidores y autoridades deben prepararse, ya que ofrece “ventajas y oportunidades” sin estar exenta de “riesgos y amenazas”.

A su juicio, la educación financiera es aquí clave como “herramienta para tomar decisiones en el nuevo entorno digital”, como lo es también en el mundo analógico.

Durante su intervención defendió la necesidad de tener unos niveles de conocimientos básicos y “actitudes financieramente saludables” porque la toma decisiones financieras, como son las de gasto, ahorro e inversión “en ningún caso constituyen un mundo ajeno a la vida familiar”.