Calviño efectuó esta valoración durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que reconoció que la economía está expuesta a las incertidumbres internacionales y “no podrá aislarse” si se agravan, pero también cuenta con mejores fundamentales para capear un revés exterior que antes.

“Por supuesto que si hay que revisarlo se hará”, convino argumentando que “el comportamiento de este Gobierno es de enorme prudencia” y, por lo tanto, elaborará las proyecciones con realismo tras un “seguimiento muy preciso de la realidad” económica.

A la hora de elaborarlo indicó que tendrá en cuenta tanto el ajuste en las cifras de los últimos años 23 años efectuado por el INE y que empeora, por tanto, la base de partida para elaborar nuevas proyecciones, como todos aquellos indicadores existentes sobre la mesa hasta que envíe el nuevo cuadro económico a Bruselas el día 15.

Al ser cuestionada de manera específica por la revisión del Banco de España que ha bajado del 2,4 al 2% su expectativa de crecimiento para este año, animó a revisar su informe apuntando que la institución lo atribuye a la citada revisión metodológica del INE y constata que la economía mantiene una tracción positiva de crecimiento.

Calviño abrió la puerta a revisar la cifra de PIB, pero la cerró para la previsión de déficit. “El Gobierno mantiene, por supuesto, su objetivo de déficit del 2%” para este ejercicio porque, según afirmó, está “comprometido con la reducción de los desequilibrios” como el déficit y la deuda pública, y se congratuló de que lo están reconociendo los mercados invirtiendo en títulos del Tesoro y con una mejora del rating por parte de las agencias de calificación.

La ministra subrayó que el Gobierno ha evitado “sobrerreaccionar a un dato concreto” por razones de prudencia recordando que no mejoró las proyecciones cuando sí lo hicieron los organismos internacionales y nacionales y numerosos servicios de estudios antes del verano, y no lo hará ahora.

En este punto defendió que la economía “está en una fase expansiva. Trimestre a trimestre el PIB de nuestro país aumenta”, relató. Admitió que se haya “ido moderando” o “ralentizando” desde los máximos de velocidad que marcó en el año 2015, pero afirmó que, en “ausencia de una gran turbulencia”, el crecimiento “se mantendrá, convergiendo hacia la fase de crecimiento potencial”.

Calviño explicó que los mimbres son ahora más sólidos para encajar un revés del comercio internacional o de una crisis exterior y la economía es “más estable y equilibrada”, además de que “no hay burbuja en el inmobiliario ni en otros activos”.

Entre los fundamentales positivos citó también que la inflación está “muy contenida”, se está ganando competitividad en el mercado internacional, reduciendo la deuda y el décifit o el mercado financiero está “en una situación más sólida que a principios de siglo”.

Asimismo, reparó en la ventaja que supone que familias y empresas hayan saneado sus finanzas con un desendeudamiento o el que el aumento de la renta disponible está permitiendo ahorrar, y que el mercado laboral está “siendo dinámico”, con un ritmo de creación de empleo “superior al crecimiento económico”.

“La economía no presenta los signos de vulnerabilidad que nos hizo tener la larga y y profunda crisis” anterior porque los fundamentales son “más firmes” para hacer frente a cualquier situación internacional, insistió.

No obstante, admitió que en una economía “tan abierta”, España “no podrá aislarse” si se “alarga” o “profundiza” la desaceleración internacional “o si aparecen nuevos focos de incertidumbre”.