En una entrevista en Servimedia, Villarroel explicó que se atisban indicios de una crisis regional después de que se hayan producido acciones xenófobas en Colombia y Perú contra aquellos venezolanos que huyen de la miseria y la represión en su país.

La ONU destacó el pasado mes de junio que alrededor de cuatro millones de personas han abandonado Venezuela, la mayoría de ellos a países de Latinoamérica: 1.400.000 a Colombia, 768.000 a Perú, 288.000 a Chile y 263.000 a Ecuador, según estos cálculos.

Ante esta situación, el ministro de Asuntos Exteriores de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, subrayó el pasado mes de septiembre el compromiso del presidente de su país, Iván Duque, de articular una "política humanitaria que se basa en la solidaridad y en el sentimiento de gratitud histórica" a la hora de recibir a todos aquellos venezolanos que huyen de su país. A pesar de ello, consideró fundamental que los países iberoamericanos sean capaces de armonizar una política migratoria común ante este fenómeno.

Villarroel dijo comprender la posición de aquellos gobiernos latinoamericanos que se encuentran “desbordados”. No obstante, les invitó a tener en cuenta que estas personas no abandonan su país “por capricho”, sino “obligados” por las deplorables condiciones en que viven en Venezuela.

Explicó que en Venezuela la situación se ha agravado “de manera exponencial”, hasta el punto de que se vive “una hiperinflación de un millón por ciento”, el salario de los “obreros” es de “dos dólares al mes” y el de un maestro de “diez dólares mensuales”.

También indicó que alrededor de un “60%” de los venezolanos no llega a final de mes, que unos “26.000 médicos” han abandonado el país, que existen un problema de “desnutrición”, que hay gente a quien no le alcanza para pagar el entierro de sus familiares, que muchos padres que migran dejan a sus hijos con sus abuelos abocándolos a la “mendicidad” y que los servicios públicos se encuentran “en franco deterioro”.

A su vez, alertó de que muchas de las personas que salen de Venezuela se encuentran con un panorama de frustración al constatar que en el país donde han migrado no tienen un panorama laboral estable a partir del que forjar un futuro.

PAISES ALIADOS

Villarroel dejó claro que Venezuela “no puede salir sola” de la situación que vive actualmente, lo que le sirvió para buscar la “complicidad” de países aliados, como España, cuya actuación, a su juicio, “se ha quedado muy corta”, ya que, por su cercanía con América Latina, debería estar más involucrado en encontrar una solución a la crisis. “Hoy es Venezuela, pero mañana puede ser cualquier país”, aseveró

Por su parte, defendió que el Papa es un “hombre de diálogo, de conciliación” y dejó claro que “la voz de los obispos es la misma que la del Papa”.

El Vaticano fue uno de los actores que medió sin éxito en la crisis abierta en Venezuela. De hecho, sectores de la oposición al chavismo le han criticado por su apuesta decidida por esta vía. No obstante, Francisco siempre ha afirmado que “apoyará cualquier esfuerzo que permita ahorrar ulterior sufrimiento a la población” del país caribeño. Villarroel manifestó que “la Santa Sede está haciendo todo lo humanamente posible para encontrar una solución” a la crisis en Venezuela.

Por último, dejó claro que la Iglesia venezolana se opone a una intervención militar que derroque a Nicolás Maduro del poder e invitó a la UE a recuperar el dinero que los jerarcas del chavismo y su círculo más cercano han sacado de Venezuela favoreciéndose de la “corrupción”.