Ante esta nueva situación y, con motivo del Día Mundial de los Docentes que se celebra este sábado, Filgueira resume algunos de estos cambios a los que se enfrentan los docentes.

Uno de ellos, apunta, es que los maestros y profesores deben ser “facilitadores, acompañantes y asesores del saber práctico, funcional y dinámico”. Su formación debe ser continua y “en constante adaptación y cambio”.

Además, propone que la interrelación establecida con el alumno debe estar guiada hacia el desarrollo de sus capacidades y aptitudes y hacia un entorno que favorezca el propio descubrimiento de sus procesos de aprendizaje para, posteriormente, saber emitir juicios y opiniones acordes con el conocimiento construido.

“El docente del siglo XXI debe saber gestionar aprendizajes, es decir, ser gestor del conocimiento compartido, a través de metodologías activas que potencien la empatía, la emoción y el afecto”, y ser “líder” que oriente y que dé sentido al esfuerzo de sus alumnos para fortalecerlos.

Debe estar en constante investigación y descubrimiento, con el objetivo de saber enseñar a pensar y a descubrir el entorno personal y externo de sus alumnos. Debe, en definitiva, “construir proyectos integrales que motiven la orientación y el desarrollo en el proyecto profesional del estudiante como parte integrante de una nueva sociedad”.

La directora del máster también apunta a que los docentes también tengan en cuenta factores como “la consecución de los nuevos estándares de aprendizaje, la correcta aplicación de la investigación-acción para la actualización y mejora de la propia profesión, y por último, el saber gestionar la aplicación de las tecnologías que van a permitir incentivar y mejorar la labor docente”.