Bienestar
PwC señala que los determinantes sociales de la salud frenan el progreso de la medicina
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El aumento de las enfermedades causadas por nuestros comportamientos y los determinantes sociales de la salud amenaza dañar las arcas públicas, tanto en los países ricos como en los pobres, al tiempo que suprime el poder de la medicina moderna para mejorar las vidas, según concluye un nuevo informe de Price Waterhouse Coopers (PwC).
El estudio 'Acción requerida: la urgencia de abordar los determinantes sociales de la salud' asegura que los factores sociales, económicos y ambientales del lugar donde vivimos y trabajamos -como por ejemplo el aislamiento social, la desigualdad económica, la contaminación o los desiertos alimentarios-, impiden que muchas personas en todo el mundo tomen decisiones saludables.
Según el sondeo global de consumidores HRI de PwC de 2019, uno de cada cinco encuestados indicó que no podían permitirse un estilo de vida sano mientras otra parte similar dijo que no tenía tiempo para concentrarse en comportamientos saludables.
La atención sanitaria, si bien es vital, es responsable de solo el 20% de la salud de una persona. El otro 80% es atribuible a comportamientos de salud, el entorno físico y las condiciones socioeconómicas. A pesar de ello, el 57% de los consumidores comentó que su médico nunca había discutido los factores sociales que afectan su salud.
Los encuestados aseguraron que no duermen lo suficiente, se distraen con los teléfonos inteligentes, carecen de motivación y luchan con problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad, ninguno de los cuales establece el marco mental adecuado para una toma de decisiones saludable.
El 35% mencionó la falta de sueño como uno de los impedimentos principales para adoptar un estilo de vida saludable y más de una cuarta parte explicó que pasar demasiado tiempo con la tecnología tampoco se lo facilitó.
El impacto en la salud de estos determinantes sociales no puede ser ignorado, concluye el informe, que proyecta que para 2025, muchos países verán tasas de obesidad o sobrepeso superiores al 68 por ciento de la población.
El informe asegura que los gobiernos y los sistemas de salud pueden ahorrar dinero a largo plazo y mejorar los resultados de salud si invierten antes en estrategias de determinantes sociales que ayuden a las personas con vivienda, ejercicio, apoyo de salud mental y capacidad para pagar medicamentos.
"Los tratamientos médicos innovadores se vuelven ineficaces si las personas no tienen apoyo social y acceso a los recursos fácilmente disponibles para ayudarlos a mantenerse saludables", aseguró Kelly Barnes, líder global de PwC para industrias de salud de EEUU.
“Esto no es opcional; las organizaciones de salud y gubernamentales que no actúan sobre los determinantes sociales gastarán más y más dinero, solo para ver cómo disminuye el estado de salud”, concluyó Barnes.
(SERVIMEDIA)
03 Oct 2019
VMM/mjg