En un informe de 28 páginas, titulado "Derechos pisoteados: Protestas, violencia y represión en el Sáhara Occidental", AI documenta abusos contra los derechos humanos después de entrevistar a numerosos testigos a finales de noviembre y reclama a las autoridades marroquíes una investigación completa, imparcial e independiente de los hechos y que lleve ante la justicia a los que cometieron abusos.

El informe señala que es posible que las fuerzas de seguridad marroquíes no pensaran en excederse para desmantelar el campamento, pero "en algunos casos hicieron un uso de la fuerza claramente excesivo contra manifestantes que no suponían ningún peligro ni ofrecían resistencia".

Además, algunas personas entrevistadas por AI afirman que los policías marroquíes pegaron a mujeres ancianas "con porras" mientras trataban de expulsarlas del campamento y destruir sus tiendas.

Amnistía contabiliza 13 personas muertas por la violencia que estalló en el campamento y posteriormente en El Aaiún, donde manifestantes saharauis y residentes marroquíes quemaron casas, tiendas y negocios, y decenas de saharauis fueron detenidos y golpeados o sometidos a tortura u otros malos tratos.

Once de estas 13 personas fallecidas pertenecían a las fuerzas de seguridad marroquíes (nueve de ellas murieron en el asalto al campamento por "ataques deliberados" de saharauis) y las otras dos eran saharauis.

200 SAHARAUIS DETENIDOS

El desmantelamiento del campamento desató violentas protestas de saharauis en El Aaiún y, posteriormente, de residentes marroquíes, con ataques en los que participaron las fuerzas de seguridad, según AI.

Los agentes marroquíes detuvieron a unos 200 saharauis por estos incidentes, pero AI asegura que "hasta ahora" no ha habido detenciones ni procesamientos por la violencia cometida por los residentes marroquíes contra las viviendas y bienes de saharauis en El Aaiún.

"Todos los saharauis entrevistadas por Amnistía Internacional describen cómo habían sido golpeados, torturados o sufrido otros malos tratos en el momento de su arresto o bajo la custodia de las autoridades marroquíes y la mayoría tenían cicatrices y heridas en consonancia con sus testimonios", afirma Amnistía en su informe.

La organización lamenta que las autoridades marroquíes "no han tomado ninguna medida" para investigar estas denuncias de tortura u otros malos tratos, a pesar de que Marruecos se ha adherido a la Convención de la ONU contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.